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Sofy Casas

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Petro, el arquitecto del caos

La radicalización de un gobierno no siempre conduce a resultados estables o predecibles, y puede desencadenar ciclos de violencia, inestabilidad, y resistencia.

Sofy Casas
9 de abril de 2024

Aterrador el panorama que hoy está viviendo la patria. La radicalización de un mandatario totalitario y caprichoso llevará al país por el camino del socialismo del s. XXI mucho más rápido de lo que imaginábamos. Su propósito de hacer sucumbir la institucionalidad, la democracia y el Estado de derecho lo llevará a cabo pasando por encima de la Constitución que juró respetar cuando se posesionó como presidente.

La radicalización de un gobierno puede entenderse como el proceso mediante el cual un régimen adopta posiciones extremas en su ideología, políticas y métodos de gobernanza. Este proceso puede variar según el contexto histórico, cultural y político específico. Además, la radicalización de un gobierno no siempre conduce a resultados estables o predecibles, y puede desencadenar ciclos de violencia, inestabilidad, y resistencia, pero suele incluir varias fases generales:

1. Polarización y Movilización: Un gobierno comienza a enfatizar diferencias ideológicas extremas, a menudo en respuesta a crisis o inestabilidad. Se moviliza a la población a través de la identificación de enemigos internos o externos, creando un nosotros contra ellos.

2. Consolidación de Poder: La fase de consolidación implica el fortalecimiento del control sobre el Estado y sus instituciones. Esto puede incluir la modificación de las estructuras legales y constitucionales para centralizar el poder, así como la supresión de la oposición y la crítica a través de tácticas autoritarias.

3. Implementación de Políticas Radicales: Con el poder consolidado, el Gobierno implementa políticas que reflejan su ideología extrema. Esto puede incluir reformas radicales en la economía, en la estructura social, en las políticas de seguridad y defensa, y en las relaciones exteriores.

4. Represión de la Disidencia: Para mantener su agenda radical, el Gobierno emplea la represión contra aquellos que considera amenazas. Esto puede incluir la censura, arrestos arbitrarios, tortura, y otras formas de violencia estatal.

5. Normalización y Legitimación: En esta etapa, el Gobierno busca normalizar sus políticas radicales y obtener legitimidad tanto nacional como internacionalmente. Esto puede lograrse a través de propaganda, control de la información, y el uso de narrativas que justifiquen las acciones del Gobierno.

6. Resistencia y Conflicto: A medida que las políticas y prácticas radicales se profundizan, es probable que surja resistencia tanto dentro del país como a nivel internacional. Esto puede llevar a conflictos internos, aislamiento internacional, y en algunos casos, intervenciones externas.

Realizando un pormenorizado análisis de la situación actual en Colombia, podríamos decir que Petro se encuentra en las fases 1 y 2 de ese modelo que bien conoce porque, recordemos, el inquilino de la Casa de Nariño se desempeñó como pez en el agua en su rol de asesor de cabecera del extinto dictador de Venezuela, Hugo Chávez, en su famosa reforma agraria, con la cual destruyó el campo venezolano y la propiedad privada. Esto llevó a la bien estudiada expropiación. Los dictadores saben moverse entre el caos, es su ámbito natural.

Como ya se encuentra en las fases iniciales de su estructurado libreto, el exguerrillero al mejor estilo cubano-venezolano procedió a intervenir ¿expropiación? Las EPS, Sanitas y Nueva EPS, y llevó a que Compensar pidiera su total liquidación, en medio de temores de que esta política se replique en universidades privadas mediante al no pago de los fondos de Icetex. Bien vale preguntarse, ¿qué viene ahora? No hay que ser pitonisa para creer que los pasos siguientes conducirán a Colombia a un Estado de profunda crisis de la mano de Petro. La Procuraduría y las Cortes son ahora el muro de contención a sus intenciones.

La asfixia económica es el modelo que está copiando para lograr el control de todo lo privado para llevar a cabo su plan de estatización. ¿No les recuerda esto a lo ocurrido en Cuba, Venezuela y Nicaragua? No nos crea tan pendejos, señor presidente.

La idea de la constituyente chavista promovida por el exguerrillero no la hará por la vía constitucional y se saltará el Congreso, las cortes y el electorado. Su plan será trazado por la vía del caos y las armas que hoy sus grandes amigos del ELN y FARC tiene en su poder. El amarrar a las Fuerzas Militares ha sido un plan macabro para el cumplimiento de su proyecto totalitario con la ayuda de los grupos al margen de la ley, los “indígenas” y movimientos terroristas urbanos, los cuales serán sus colectivos armados y defensores de la dictadura.

Ñapa: Debemos salir a las calles el próximo 21 de abril para proteger la institucionalidad, la democracia y el Estado de derecho, hoy bastante manoseadas por un personajillo de la izquierda radical que está embozando las líneas de un proyecto para tratar de perpetuarse en el poder. De nosotros, los colombianos de bien, depende el frenar este entuerto de proyecto que acabaría con la prosperidad de un país pujante y de principios democráticos.

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