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Anel Báez murió tras el ataque de su amiga Erandy. Foto. Facebook.

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El crimen que se planeó en las redes sociales

Dos estudiantes protagonizaron una historia que conmociona a México. Una terminó muerta y la otra tras las rejas.

27 de marzo de 2014

Sinaloa es famoso por la fortaleza de la agricultura, su música típica y la extrema violencia generada por los carteles de la droga. Y aunque tanta violencia parece haber banalizado los hechos de terror, en la ciudad de Guamúchil todavía hay consternación por un asesinato que tiene todos los elementos de una película de terror.

Anel Báez y Erandy Elizabeth Gutiérrez eran amigas inseparables de la preparatoria UAS de esa ciudad. Particularmente en Facebook se enviaban mensajes de cariño y admiración como este, recuperado por las autoridades:


Erandy Gutiérrez (izq), Anel Báez (der)

Ambas de 16 años, tuvieron un tropiezo en su relación. Según lo relatado por las amigas en común Anel publicó en su perfil de Facebook unas fotos de su compañera en situaciones comprometedoras con uno de sus compañeros de secundaria. Nunca pudieron superar el incidente. Erandy, sin mencionar a su amiga, le declaró la guerra por Twitter.

“No digo nada, pero en mi mente ya te maté cruelmente”, escribió en febrero. Y como ese, varios mensajes amenazantes, fueron publicados en su cuenta entre enero y marzo sin mencionar a alguien.


Las cuenta en Twitter y Facebook de Erandy fueron eliminadas.

El 19 de marzo pasado Erandy se contactó con Anel para arreglar un encuentro para superar el problema que las había alejado. Anael aceptó encantada e invitó a su amiga a su casa. La adolescente que, confesó el crimen, llegó con dos helados. Se reunieron en un cuarto a hablar y ver televisión. Minutos después Erandy fue al baño, pero según lo relatado por las autoridades, aprovechó para ir a la cocina y tomar un cuchillo. Ya en el cuarto y con el arma camuflada en su ropa atacó 65 veces a Anel Báez quien no se pudo defender por la sevicia de su amiga. La adolescente salió de la casa. Horas después también por su cuenta de Twitter escribió “Dios, ¿qué he hecho?”.

Aún así Erandy fue al sepelio acompañada de su madre. Varios amigos relataron que se le vio con un buso negro de capucha y muy afectada.

En las horas posteriores al asesinato ni las autoridades ni la familia sabían qué había pasado ni quién había cometido el crimen. Pero por medio de las mismas redes sociales los amigos de ambas empezaron a señalar a Erandy como la responsable del crimen, hecho que llamó la atención de la Procuraduría de Justicia.

Después de varias entrevistas y de recoger las pruebas Erandy fue detenida en pleno funeral.

En rueda de prensa el procurador de Justicia, Marco Antonio Higuera, afirmó que Erandy Elizabeth Gutiérrez fue la responsable del crimen. La menor confesó y le dijo a las autoridades que el móvil del asesinato fue la publicación de unas fotos en Facebook.

Erandy tiene 16 años y la justicia mexicana le cobija sus derechos por ser menor. Por eso la pena será de siete años de reclusión en un internado para menores de edad. La familia y parte de la comunidad de Guamúchil se movilizaron para rechazar una pena tan laxa.

Ya va siendo parte del paisaje que adolescentes se despidan en Instagram antes de su suicidio o que personas con enfermedades mentales suban videos mostrando cómo descuartizan a su pareja (como el caso del actor porno Rocco Luka Magnotta)

Cada vez más las redes sociales se vuelven, sino protagonistas, los móviles para hechos salvajes. Pero esos medios sociales no tienen vida propia, su uso lo administra cada persona y, por eso, no se pueden satanizar. ¿Qué sigue? El debate se debería dar en la calidad de la educación y el acompañamiento que están recibiendo los jóvenes en su hogar.