INTRODUCCIÓN

Las 100 empresas más grandes de Colombia

Transcurren tiempos complejos, pero a la vez de gran trascendencia para el país. El cuadro de honor de las compañías con mayores ventas en 2015 muestra una realidad llena de retos.

21 de mayo de 2016

No ha sido fácil para el sector empresarial colombiano moverse en medio de circunstancias económicas tan difíciles como las vividas en los últimos dos años. Las compañías han tenido que superar grandes problemas, de carácter local e internacional, para mantenerse en la competencia y no quedar rezagadas.

Algunas empresas se han visto más afectadas que otras –dependiendo del sector de su actividad principal–, pero en general, 2015 se puede calificar como un año duro para los negocios.

La caída del precio internacional del petróleo no solo castigó duramente a las compañías del sector de hidrocarburos. También otras actividades sintieron, aunque con menor fuerza, el coletazo del desplome del crudo. Algo similar ocurrió con la industria extractiva o minera, duramente golpeada por los menores precios de los commodities en el mercado de las materias primas.

La devaluación del peso favoreció a unas y perjudicó a otras. Las más expuestas al endeudamiento en dólares, pues asumen sus costos en la divisa norteamericana, han tenido que saltar matones para proteger el balance y su flujo de caja. Por el contrario, aquellas que venden en esa moneda, como las exportadoras, han salido beneficiadas con la tasa de cambio.

El ambiente de incertidumbre que dominó la mayoría de los mercados también dificultó el desempeño de muchas sociedades. Otro factor relevante, que impactó el rubro de gastos administrativos, fue el impuesto a la riqueza, a cargo de las empresas más grandes del país. La tributación, en general, se ha convertido en un elemento adicional de desánimo y desestímulo para la inversión en Colombia.

El esfuerzo que ha hecho el sector empresarial para moverse en un escenario enrarecido se refleja en los estados financieros que aparecen en esta edición. Hay que decir que, en general, son positivos, aunque se presenta una disminución importante en los ingresos, y un aumento en el número de compañías que arrojó pérdidas en el ejercicio anterior. Como es lógico, las cifras más críticas están en el sector petrolero.

Cabe anotar que en este año el país comenzó a marchar bajo el nuevo sistema de Normas Internacionales de Información Financiera (NIIF), régimen contable más confiable y eficiente para revelar la realidad de las empresas. En vista de que se trata de un cambio profundo en la manera de llevar la contabilidad, la Supersociedades fijó un periodo de transición para aplicarlo y dividió las empresas en dos grupos. Así, les dio a algunas compañías un poco más de tiempo para introducir las nuevas normas.

En consecuencia con lo anterior, en los estados financieros correspondientes a 2015, un grupo de empresas presentó sus informes aplicando plenamente las NIIF, y otro todavía muestra su situación contable bajo las anteriores normas (Colgap). Esto ha complicado comparar plenamente los resultados obtenidos en 2015, frente a los de 2014.

Para presentar una clasificación que sirva de referencia del tamaño de las compañías –como tradicionalmente aparece en esta edición–, SEMANA decidió publicar un ranking único, ordenado por ingresos operacionales, una cuenta más homogénea al utilizar los dos métodos contables. Cabe anotar que hay mayores diferencias en esta cuenta en lo relacionado entre agente y principal, como se ve en sectores como el de las cajas de compensación.

Entendiendo que se están combinando dos grupos de empresas, en esta clasificación se aclara si usaron NIIF o el método anterior (Colgap). Los superintendentes de Sociedades y Financiero explican el impacto de este cambio después de los rankings correspondientes a las empresas del sector real y a las financieras.

Ahora bien, frente a los resultados en general, se puede concluir que en 2015 los ‘ingresos de actividades ordinarias’ (nueva denominación del NIIF que se asimila a los ingresos de la operación) de las empresas más grandes presentaron un crecimiento del 3,9 por ciento y las ganancias disminuyeron un 70,5 por ciento. Esto se explica, principalmente, por las pérdidas generadas en el sector de minería (incluye hidrocarburos). La rentabilidad del patrimonio producida por las más grandes empresas fue de 2 por ciento, lo que significó un descenso de 5 puntos porcentuales frente al año anterior. Este resultado fue ocasionado por disminuciones en el margen neto, debido al incremento en los costos y gastos.

Es importante aclarar que para esta clasificación se tuvieron en cuenta como fuentes básicas de información las superintendencias de Sociedades y Financiera. Para elaborar la lista de las primeras 100, SEMANA consultó directamente a la mayoría de las compañías, a las que solicitó el reporte de la información consolidada de las sociedades a las que controlan. En el listado de las 1.000 más grandes se excluyeron las financieras, y aquellos fondos de inversión o portafolios que tengan centrado su ingreso en el sector financiero. La clasificación correspondiente a este último va al final de esta edición especial.

Más allá de balances y ranking y con la proximidad de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, esta edición comienza con unas reflexiones sobre el respeto por las reglas y la sana competencia, conceptos que también deben guiar el mundo de los negocios. Por otra parte, entendiendo que la responsabilidad de los empresarios no se cifra solamente en mostrar robustos datos financieros, unas páginas se refieren al papel que están cumpliendo las compañías en la construcción de la paz. Lo cual muestra, por cierto, que Colombia no solo tiene un sector privado pujante, sino comprometido con una sociedad mejor.