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BOLSA

Recuperando el terreno perdido

Después de un largo letargo, el mercado accionario ha comenzado a reaccionar. En el siguiente análisis, Enrique Velásquez, conocedor del sector bursátil, se muestra optimista del futuro.

Enrique Velásquez
21 de mayo de 2016

El índice Colcap alcanzó su máximo nivel el 4 de noviembre de 2010 cuando llegó a los 1.943 puntos. Desde ese momento y hasta el 4 noviembre de 2014, las acciones tuvieron alzas y retrocesos que situaron este indicador –en esta última fecha– en 1.780 puntos. Durante esos cuatro años, Colombia vivió un buen crecimiento, sin que ello las llevara a recuperar su terreno, pero sí permitió que no tuvieran una caída dramática.

Sin embargo, a partir de noviembre de 2014, en forma consistente, las acciones bajaron hasta llegar a los 1.051 puntos, mostrados en diciembre del año pasado. Esto quiere decir que en cuatro años cayeron 8,4 por ciento, pero en 13 meses lo hicieron 41 por ciento.

El descenso presentado desde noviembre de 2014 coincide con el momento en que el barril de petróleo se descolgó desde los 100 dólares. El índice Colcap se había vuelto dependiente de este hidrocarburo, pues las acciones de Ecopetrol y la anteriormente llamada Pacific Rubiales, que lideraban el índice y la baja, presionaron también este indicador en la misma dirección. Un efecto rebaño en las otras acciones llevó, sin una razón aparente, a que las demás empresas tuvieran un comportamiento similar, si bien no tan pronunciado. Por lo anterior y por el impacto que sobre toda la economía tenía la destorcida en los precios del petróleo, es que se puede entender semejante descenso en 2015.

Pero llegado 2016, las acciones entraron en un proceso de recuperación importante. El índice Colcap cerró en marzo en 1.336, lo que representa un crecimiento del 27 por ciento desde el mínimo alcanzado en 2015.

La recuperación de los precios en lo que va de este año tiene un gran significado para lo que pudiera suceder hacia delante. Ya se dieron muchos de los males que se pronosticaban y si miramos el crecimiento acelerado del índice, así como su inclinación a lo largo de estos cuatro meses (en los primeros días de abril el alza ha permanecido), es probable que se esté dando una tendencia de crecimiento sostenido hacia el futuro.

Y es que el espacio que hay es grande. En los análisis técnicos de la bolsa, los ‘niveles’ de precios son muy importantes para predecir futuros comportamientos. Hace solo un año y medio el índice Colcap estuvo cercano a los 1.800 puntos y hace cinco que se acercó a los 2.000. Aunque es aventurado afirmar que el mercado pudiera estar próximo a recuperar esos indicadores, lo anterior sí es una muestra de que la caída en esos años ha sido tan fuerte, que los mínimos ya se habrían superado y que hacia adelante es probable una mejora adicional.

Las razones complementarias a los precios históricos son varias. En principio, las acciones todavía están baratas. Una caída como la descrita anteriormente, si la miráramos en términos reales, esto es descontada la inflación, es aún más significativa. Igual sucede si se mide en dólares. Por otro lado, las empresas diferentes a las petroleras mantienen buenos resultados. Más aún, en las épocas del dólar barato, los grupos listados en la bolsa aprovecharon esa coyuntura para expandirse a otros países, con lo cual muchas de ellas ya operan en casi toda América Latina y aún en los Estados Unidos logrando consolidaciones corporativas importantes.

Igualmente, un dólar alrededor de 3.000 pesos les permite recuperar terreno perdido. La amenaza de los productos importados de China y de otras latitudes se ve menos probable, máxime si se tiene en cuenta que aquel país ha encarecido sus productos debido al aumento en sus costos laborales y a su nueva política de enfocarse más en el mercado interno que en el de exportación.

En otro orden de ideas, las perspectivas de crecimiento del producto interno bruto (PIB) de alrededor del 2,5 por ciento, si bien no son halagadoras, tampoco atentan contra los resultados de las compañías inscritas. Todo lo anterior son elementos favorables a unos buenos precios.

Queda un asunto por recuperar. Luego de los hechos de InterBolsa, muchas personas vendieron sus acciones para irse a otras opciones de inversión como la finca raíz. Esto se profundizó posteriormente, luego de que aquellas que permanecieron con sus inversiones en acciones no vieron un alza en los precios y más bien vivieron cinco años de pérdidas de capital. Ahora, cuando se comienzan a recuperar y la propiedad raíz parece haber llegado a un límite, habría lugar para que muchos de esos inversionistas fortalezcan de nuevo la demanda.

No obstante lo anterior, hay cuestiones que podrían atentar contra una mejora adicional en los precios. Si se diera el crecimiento en las naciones desarrolladas –que estas han promovido por años–, se limitaría la liquidez internacional hacia los mercados de países emergentes como Colombia. Recordemos que tanto Europa como Japón vienen emitiendo dinero a través de los bancos centrales para estimular sus economías. Lo anterior, unido a que Estados Unidos mantiene las tasas bajas, ha hecho que se conserve una enorme liquidez en el mundo, lo cual revive los hechos posteriores a 2008, cuando la solvencia generada por los estímulos de la FED (banco central estadounidense) presionó al alza los precios de las acciones de los países emergentes. Los fondos internacionales han sido un dinamizador muy importante tanto para el mercado colombiano como para estos países, pero también, cuando llevan a cabo retiros por los rebalanceos en sus portafolios, el impacto puede ser importante.

En Colombia queda la amenaza de una revisión a la baja en la calificación si el gobierno no se decide a tapar el hueco fiscal con mayores ahorros y a través de una reforma tributaria. Las presiones sobre las cuentas del Estado son enormes, unidas a los costos que se prevén en un proceso de paz con las Farc y lo que pudiera negociarse adicionalmente con el ELN. Hay, entonces, espacio para el optimismo pero sin olvidar la cautela.

De locales a extranjeras

Sin haber sido un buen año para la bolsa ni para las sociedades comisionistas, en 2015 se acentuó la transformación que este negocio ha tenido en los últimos tiempos. Aunque los ingresos de las 21 compañías comisionistas crecieron más del 17 por ciento, las utilidades bajaron cerca de un 20 por ciento. Hace solo cinco años, más del 60 por ciento de estas y más del 70 por ciento de los ingresos eran de empresas locales, y la gran mayoría de ellas eran compañías independientes cuyo negocio se basaba casi que exclusivamente en operaciones bursátiles.

Actualmente de las 21 sociedades, 13 de ellas son de capital extranjero o de mayoría del mismo, cuatro pertenecen a grupos financieros nacionales y solo cuatro son nacionales independientes. Las sociedades extranjeras también concentran gran parte del negocio. En 2015, cerca del 55 por ciento de los ingresos correspondían a estas sociedades y su fuente de ingresos se ha venido diversificando hacia operaciones en los mercados internacionales y la banca de inversión.