La ampliación de las refinerías para facilitar el transporte de crudo desde los campos de producción es uno de los objetivos de Ecopetrol. | Foto: Didimo Carvajal / Ecopetrol

PETRÓLEO Y MINERÍA

Pesos pesados

Las más poderosas compañías del sector minero energético en el mundo desfilan por Colombia en busca de oportunidades. La gran apuesta de las petroleras es encontrar más crudo mientras que las mineras esperan producir más.

11 de mayo de 2013

En la conferencia de Petróleo y Gas de América Latina, realizada en abril pasado en Punta del Este (Uruguay), Colombia ocupó el primer lugar como el país con el clima de inversión más atractivo para el sector de hidrocarburos, por encima de economías donde tienen asiento pesos pesados de esta industria como Brasil, México y Venezuela. Por eso no es de extrañar que las grandes petroleras del planeta operen aquí y que otras se alisten para ingresar en los próximos meses.

Hoy están presentes compañías de la talla de Chevron, ExxonMobil, Shell, Repsol y Petrobrás, así como las canadienses Pacific Rubiales, Petrominerales y Canacol, varias de ellas asociadas con Ecopetrol, la compañía más grande de Colombia que responde por cerca del 60 por ciento de la producción de crudo. 

Ahora que el país superó la meta de producir un millón de barriles diarios, con lo que se coló en el grupo de las 20 naciones del planeta que alcanzan estos niveles, las petroleras tienen como meta principal encontrar más crudo y aumentar el volumen de reservas, que están en 2.259 millones de barriles y alcanzan solo para siete años. 

En la búsqueda de ese objetivo la Agencia Nacional de Hidrocarburos adjudicó 49 bloques a 27 empresas entre las que se encuentran Anadarko, Perenco, Pluspetrol, Mansarovar, Hocol, Ecopetrol y Clean Energy Resources, entre otras, que invertirán 2.635 millones de dólares para explorar en los próximos cuatro años.

Una de las más activas en el tema es Ecopetrol, que acaba de sumar a sus reservas el pozo Gunflint en el golfo de México, al comprarle a la BP el 31 por ciento de su participación en este descubrimiento. “Hay que buscar las reservas donde estén. De ahí dependen la vida de la compañía y los millonarios recursos que le entran a la Nación”, reconoce Fabio Echeverri, presidente de la junta directiva de la compañía. 

La segunda petrolera del país, Pacific Rubiales, tampoco descansa en la búsqueda de crudo. Anunció inversiones por 1.700 millones de dólares para este año en exploración y desarrollo en Colombia, lo mismo que en proyectos en Perú, Guatemala y Brasil para subir entre un 15 y un 30 por ciento la producción diaria, siempre y cuando se agilice el otorgamiento de licencias medioambientales, un aspecto que se está convirtiendo en uno de los grandes cuellos de botella del sector. 

Recientemente confirmó el descubrimiento en un pozo de exploración en la Cuenca de Santos y compró el 35 por ciento de la empresa australiana Karoon, que tiene cuatro bloques en este país sudamericano. Petrominerales anunció, por su parte, su intención de adquirir el 87 por ciento del bloque Canaguaro, en los Llanos Orientales, que se sumaría a otros dos campos que tiene en la misma zona. 

Otras petroleras tienen sus apuestas en los hidrocarburos no convencionales, un sector que se ha convertido en una revolución energética en Estados Unidos. Una de las interesadas es ExxonMobil que –junto con Ecopetrol– presentó propuestas para participar en tres bloques ubicados en el Magdalena medio, mientras que Canacol Energy y Conoco Phillips firmaron este año un acuerdo para explorar shale oil, (crudo de esquisto) también en el Magdalena medio. 

La locomotora minera

Otro sector en el que hay grandes apuestas es el minero, que junto con el petróleo representa más del 50 por ciento del total de las exportaciones del país y concentra la mitad de la inversión extranjera. 

En carbón se prevé un repunte de la producción, que el año pasado fue de 89,2 millones de toneladas. Cifras de la Asociación del Sector de la Minería a Gran Escala señalan que este año el país produciría entre 88 y 99 millones, dependiendo de las condiciones internacionales, El negocio del carbón está concentrado en tres grandes compañías internacionales que manejan más del 90 por ciento de la producción. 

Cerrejón, la principal productora y exportadora con 34,6 millones de toneladas, continuará este año con su plan de expandirse, para lo cual tiene programadas inversiones por 1.300 millones de dólares. La meta en el corto plazo es llegar a los 40 millones de toneladas anuales. 

La estadounidense Drummond, la segunda productora de carbón con 26 millones de toneladas, entrará al negocio del shale gas (gas de esquisto) en el departamento del Cesar. Glencore, cuya filial en Colombia es Prodeco, aspira a tener una mayor participación tras fusionarse con la multinacional suiza Xstrata, una de las principales inversionistas de Cerrejón. Con esta operación se avecina un vuelco en el negocio del carbón en el país, pues Glencore tendría una mayor tajada.  

La producción de oro también está en aumento gracias al alza en las cotizaciones internacionales. Hoy el país produce 66 toneladas y se prevé que este año se superen las 70. Las grandes mineras internacionales han invertido millonarios recursos con el fin de ver frutos en los próximos años. Ese es el caso de AngloGold Ashanti, que destinó 150 millones de dólares en los proyectos de La Colosa (Tolima) y Gramalote (Antioquia), que están en etapa de exploración. 

Eco Oro (antes Greystar Resources) está a la espera de que le den vía libre para la explotación en Santurbán (Santander). Frente al debate que se ha creado por los impactos medioambientales en esta zona, la minera asegura que las reservas quedaron fuera de la zona declarada parque natural. 

Mineros, la principal productora del país, tiene previsto terminar 2013 la ampliación de una hidroeléctrica y quintuplicar su producción de aquí a 2020. Este año comenzó su proceso de expansión internacional al adquirir el 90 por ciento de Hemco, una empresa de Nicaragua que se dedica a la exploración y explotación minera. También miran posibles inversiones en Costa Rica y Guatemala.

Pero el sector no está exento de problemas por la alta volatilidad en los precios externos y la menor demanda ante la desaceleración mundial. A nivel interno, las preocupaciones recaen en la demora en el otorgamiento de las licencias ambientales y en los anuncios sobre nuevas cargas tributarias.

“Todavía estamos a tiempo de mandar un mensaje claro para que esta industria siga adelante mientras pasa el chaparrón internacional”, dice Claudia Jiménez, presidenta de la Asociación del Sector de la Minería a Gran Escala, quien ve síntomas de desaceleración en carbón por la menor demanda de China y por la sobreoferta del mineral, pues Estados Unidos pasó a ser un exportador ante la sustitución con nuevas fuentes de energía como el shale gas.

En los próximos años el país sabrá si se materializan muchos de estas millonarias inversiones y si se lograron conciliar con el buen manejo del medio ambiente.