Luis Carlos Sarmiento Angulo y su hijo, en el debut del Grupo Aval en Wall Street. Las acciones de esta organización financiera comenzaron a cotizarse en la principal bolsa del mund | Foto: reuters

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Grupo Sarmiento Angulo: por todos los frentes

Los últimos 30 años han sido de auge y expansión para los negocios del empresario Luis Carlos Sarmiento.

16 de mayo de 2015

En los años ochenta Luis Carlos Sarmiento Angulo era uno de los mayores constructores de vivienda del país, actividad a la que se dedicaba desde 1959, cuando fundó la organización que lleva su nombre. Paralelamente, era un hombre de banca pues en 1972 había fundado la Corporación de Ahorro y Vivienda Las Villas para apoyar la financiación de vivienda, y había adquirido parte del Banco de Occidente y Corfiandes (hoy Corficolombiana).

Pero justamente, a mediados de los ochenta, Sarmiento realizó una de sus jugadas maestras. Se quedó con el Banco de Bogotá, el segundo más grande del país, en una puja que lo enfrentó con el empresario José Alejandro Cortés, del Grupo Bolívar. Estas dos actividades guiarían el futuro de su organización que hoy tiene 56 años.

En la primera mitad de la década del noventa, Sarmiento concentró la actividad constructora en la empresa que se conoce hoy como Construcciones Planificadas y se enfocó en el negocio financiero, hacia donde enfilaría todas sus baterías en los siguientes años.

A mediados de los noventa incursionó, como los grandes grupos económicos del momento, en la telefonía celular, a través de Cocelco (con operación en Medellín y Cali) en la que tuvo como socio inicial a la compañía española Telefónica. En 2000 salió de esta inversión.

Los últimos años del siglo XX y los primeros del actual fueron una época muy prolífica en compras de instituciones financieras. Sarmiento adquirió el Banco del Comercio, que tiempo después se fusionaría con el Banco de Bogotá. Aprovechando la creación de los fondos privados de pensiones y cesantías, fundó su propia administradora, Porvenir, hoy la más grande del sector. Y siguió sumando bancos. Se quedó con el Popular, compró la Corporación de Ahorro y Vivienda Ahorramás, que fusionó con Las Villas. Posteriormente, en 2006, adquirió Megabanco que también se fusionó con el Banco de Bogotá.

Convertido en el zar de la banca, Luis Carlos Sarmiento creó a finales de los noventa una de las empresas más importantes de su organización: el Grupo Aval, un holding del que hacen parte los bancos de Bogotá, Occidente, Popular, AVVillas, la AFP Porvenir y Corficolombiana, con lo que controla más del 30 por ciento de los activos de la banca nacional. Luis Carlos Sarmiento Gutiérrez, el heredero varón del conglomerado, encabeza el Grupo Aval y Sarmiento Angulo es el presidente de la junta directiva.

La actividad financiera llevó a esta organización a incursionar por primera vez en el extranjero, a través del Banco de Bogotá que adquirió al BAC Credomatic de Centroamérica por 1.900 millones de dólares. El año pasado el Grupo Aval se estrenó en Wall Street, la plaza financiera por excelencia del planeta, al emitir acciones preferenciales por 1.265 millones de dólares.

En las últimas tres décadas, esta organización ha incursionado en otros negocios como la agroindustria, infraestructura, energía, minería y hotelería. Por medio de Corficolombiana maneja una red cercana a 60 empresas, de las cuales algunas son líderes en sus sectores. Con Episol, Corficolombiana, Coviandes y Pisa es uno de los principales inversionistas en infraestructura. En turismo tiene la cadena hotelera Estelar, con 28 establecimientos en Colombia, Perú y Panamá. En el sector energético participa en Promigás –donde se convirtió en uno de los principales accionistas–, en la Empresa de Energía de Bogotá, Gas Natural y Terpel.

En los últimos años Construcciones Planificadas adelanta el proyecto Ciudad Empresarial Sarmiento Angulo en Bogotá, en el sector de Ciudad Salitre. Este año anunció que construirá el centro comercial más grande del país, al occidente de la capital, con una inversión cercana a los 500 millones de dólares.

Esta organización realizó una jugada sorpresiva en 2012, cuando adquirió el diario El Tiempo. Aunque los medios nunca estuvieron en sus planes en el pasado, Sarmiento ha mostrado que no está dispuesto a dejar pasar las oportunidades.