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AVANCE

En el corazón del negocio

La tecnología es esencial para la competitividad. Álvaro Montes, especialista en el tema, analiza en el siguiente artículo cómo está el sector privado en esta materia.

Álvaro Montes
21 de mayo de 2016

“El sector industrial colombiano ha asimilado mucha tecnología, pero eso no se traduce todavía en un aumento más significativo de la productividad”. Así lo sentencia el economista Raúl Katz, presidente de Telecom Advisory Services y uno de los principales estudiosos de la economía digital latinoamericana.

En general, esta es la paradoja en la que se encuentra el país. Por un lado avanza en sus indicadores de adopción tecnológica y aventaja a los vecinos (con una industria de Tic que invierte 2.600 millones de dólares al año). Pero por el otro se aleja a la vez de los índices de digitalización de los países de la Ocde, el selecto club al que aspira a pertenecer algún día y en donde tales indicadores crecen a velocidades superiores.

Según los cálculos de Telecom Advisory Services, el índice de digitalización de la economía colombiana pasó de 21,5 por ciento en 2004 a 52 en 2014. El estudio diferencia entre digitalización del consumo y digitalización de la producción. En el primer caso se refiere a los servicios digitales para la población (telecomunicaciones, contenidos, redes sociales, computadores para el usuario final), que en el país muestran una rápida expansión. Crecen a una tasa anual de 9,2 por ciento y generan 190.000 empleos. En cuanto a la digitalización de la producción (computación y robótica, plataformas, aplicaciones de software para las empresas), Colombia está en el mismo nivel de España y Portugal y los líderes regionales son Colombia y Chile, con una marcada diferencia en relación con Brasil, Argentina y México.

‘Software’ y robótica

Las principales inversiones en tecnología que realiza el sector privado colombiano tienen que ver con software para la gestión de los negocios. En esto, las grandes corporaciones están al día en plataformas de administración del backend, relaciones con los clientes, minería de datos, computación en la nube y conectividad. Y empiezan a llegar las tecnologías más novedosas como big data y analítica avanzada, movilidad empresarial (el teletrabajo hace sus pinitos en el país) y la omnicanalidad. Muy poco de robótica industrial, adoptada apenas por unas cuantas compañías, y una muy escasa inversión en investigación y desarrollo propios. Aquí sobre todo se traen tecnologías foráneas, se compran franquicias y fórmulas, y se importa la innovación de los países desarrollados.

La penetración de la robótica industrial no es muy alta y, en su mayoría, los procesos productivos del sector se realizan de forma manual. Hay dos razones que explican esto: “El costo de la robotización es elevado y la mano de obra en el país es excesivamente barata”, sostiene el ingeniero Alexander Pérez, docente de la Escuela Colombiana de Ingeniería Julio Garavito, una de las universidades con foco en este campo.

Se destacan la industria automotriz y algunas empresas del sector manufacturero que han automatizado sus plantas de producción con apoyo en robots. En la industria de carros, principal motor de la robótica en el mundo, la mayoría de fabricantes concentra sus plantas de producción automatizadas en México, de donde llegan la mayoría de vehículos, así que no necesitan hacerlo en Colombia.

En el campo de la robótica de servicios (es decir, todas las aplicaciones por fuera del entorno industrial), hay ejemplos interesantes en la agroindustria y en la salud. Las clínicas Santa Fe y Marly, en Bogotá, disponen del famoso robot Da Vinci, que asiste a los cirujanos en operaciones de alta precisión, y hay aplicaciones de robótica en la agricultura, especialmente en cultivos de palma, en la caña de azúcar y otros renglones, en donde se utilizan drones y plataformas inteligentes para el manejo de suelos y el control fitosanitario.

Plataformas de punta

En el campo de plataformas para la gestión de los negocios, la mayoría de las grandes empresas colombianas han adoptado lo más avanzado y atractivo del mercado.

Durante muchos años las empresas invirtieron en la categoría de ERP (Enterprise Resources Planning), que constituyó hasta hace poco lo más sofisticado y que, por supuesto, continúa siendo un ingrediente clave. “Con eso resuelto, las empresas necesitan plataformas de innovación tecnológica que les habiliten nuevos modelos de relación con los clientes y nuevas tecnologías para los empleados, considerando movilidad para acceder a la información desde cualquier sitio y desde cualquier dispositivo: la nube permite habilitar esas funcionalidades de manera rápida y eficiente”, explica Diego Maldonado, presidente de Avanxo, una compañía que apoya a algunas de las empresas más grandes del país en la adopción de tecnologías de la llamada cloud computing (computación en la nube, un modelo en el que el software se adquiere como un servicio y se paga por demanda, en lugar de la antigua adquisición de licencias).

Según el experto, las empresas colombianas tienen resuelta la contabilidad y la facturación y ahora adoptan tecnologías para llevarlos a los clientes a través de múltiples canales, redes sociales y analizar esa información a través de big data.

Probablemente, el sector financiero sea el más dinámico en la adopción de plataformas de avanzada. Los bancos dependen en el día a día de las llamadas operaciones de “misión crítica” en donde es obligatorio mantener en funcionamiento los servicios todo el tiempo, para lo cual se requiere de inversiones fuertes en hardware y software. El Banco Agrario puso en marcha hace poco una estrategia de movilidad empresarial para llevar el banco hasta los agricultores, toda una revolución tecnológica en este sector, mientras que Bancolombia creó una Vicepresidencia de Innovación, que busca generar mayores ingresos al banco trayendo nuevas ideas de negocios que se deben poner en el mercado en menos de 90 días, para mencionar un par de ejemplos. “La idea es cambiar cómo el banco llega a sus clientes, con un nivel de personalización muy alto, y subsistir en un medio muy competido, porque hay muchas entidades ofreciendo crédito además de los bancos”, explica Carlos Hernández, responsable de servicios financieros de la compañía SAP, uno de los más reconocidos proveedores globales de tecnología para los negocios.

En el sector asegurador, Suramericana presenta un buen ejemplo de inversión ambiciosa en tecnología. Es el cliente más grande en América Latina de Salesforce, uno de los principales proveedores globales de servicios en la nube. Desde hace cuatro años adoptó tecnologías avanzadas para mercadeo, ventas, servicio al cliente e inteligencia de negocios, todo sobre el modelo de computación por demanda.

Pero, por supuesto, no son los únicos. Ecopetrol y las empresas del sector de hidrocarburos, las energéticas, las del comercio mayorista y hasta las cajas de compensación familiar realizan permanentemente inversiones en tecnología de punta. Familia, Argos, Sodimac, la Universidad de los Andes, para citar unos ejemplos, son clientes de los prestigiosos Amazon Web Services.

El acceso a la información en tiempo real es la obsesión actual en el mundo de los negocios. En Colombia, con un dólar fluctuando permanentemente, y con las condiciones cambiantes del entorno que afectan la economía (el precio del petróleo, por ejemplo), los ejecutivos sienten que necesitan información oportuna y rápida, razón por la cual las principales inversiones actuales se enfocan en el análisis de datos mediante plataformas de big data, que mejoran la toma de decisiones y permiten conocer mejor a cada cliente.

El sector gobierno “comienza a pellizcarse”, como dice Diego Maldonado. La plataforma de compras eficientes del Estado es un buen ejemplo de ello, así como los avances en gobierno electrónico y en datos abiertos, en donde el país es líder latinoamericano en la disposición de información sobre la gestión gubernamental para uso público. El Icfes implementa por estos días un proyecto de big data que pretende realizar un análisis de la distribución de sitios en todo el territorio nacional, en donde se podrá tener estadísticas y modelos de comportamiento para tomar decisiones en cuanto a distribución geográfica, lugar, espacio, capacidad, acceso a los lugares, medios que faciliten el acceso a estudiantes en condición de discapacidad, entre otras variables. Allí se necesitará analizar a gran velocidad masas enormes de datos, para lo cual el Icfes acudió a Amazon Web Services, uno de los proveedores más grandes del mundo.

Finalmente, cabe anotar que la devaluación del peso ha impactado al sector tecnológico. Carlos Hernández, de SAP, afirma que el dólar caro “ha menoscabado el ánimo de invertir en tecnología”. Dairo Ortiz, gerente de la división de IT y Data Center de BT, empresa global de servicios de tecnología, estima que el impacto negativo ha estado entre 30 y 40 por ciento en el volumen de ventas en el año anterior. Con la subida del dólar, el ciclo de venta de un servicio o producto tecnológico a las compañías pasó de tardar nueves meses en promedio, a 16 y hasta 17 meses.

No obstante e independientemente del precio del dólar, los empresarios saben que la adopción tecnológica es ley sagrada en la economía para sobrevivir. Como dice el economista Raúl Katz, de no realizarse un esfuerzo mayor y aumentar las inversiones en el sector de tecnología, “la capacidad de Colombia de agregar valor a sus productos y ser competitiva va a disminuir y será solo consumidor de productos digitales traídos de afuera”.

Conectividad y redes sociales

En la última encuesta anual de CEO, realizada por PWC, se les pidió a los ejecutivos que seleccionaran las tecnologías de conectividad que generarán el mayor retorno en términos de relacionamiento con sus grupos de interés. Y la conclusión (para la medición global) es que los CEO ven los sistemas de riesgo de relacionamiento con clientes (CRM) y los análisis de datos como las principales.