Algunas compañías colombianas, para aprovechar el TLC, producen desde el país del norte. Ejemplos de ello son Alpina, Argos o Nutresa. | Foto: Cortesía Sociedad Portuaria de Cartagena

COMERCIO

Un año del TLC

Se cumplen los primeros 12 meses de la puesta en marcha del TLC con Estados Unidos. En este lapso, 775 empresas exportaron por primera vez a ese enorme mercado. Pero todavía quedan muchos obstáculos por vencer.

11 de mayo de 2013

El 15 de mayo de 2012 salió del puerto de Cartagena el primer contenedor cargado de confecciones y textiles con destino a Estados Unidos, bajo las nuevas condiciones del Tratado de Libre Comercio (TLC). Ese día las botellas de champaña estallaron contra la proa de la embarcación en medio de las expectativas de los empresarios y del gobierno por el despegue del acuerdo.

Un año después, el balance de este gran acuerdo comercial arroja datos interesantes. Un grupo de 775 empresas colombianas, el 80 por ciento de Bogotá y Antioquia, por primera vez exportó a Estados Unidos artículos de los sectores de autopartes, confecciones, agroindustria y flores. Además, 187 nuevos productos colombianos comenzaron a ser exhibidos en las góndolas de los supermercados estadounidenses. 

Para muchas empresas ha sido toda una experiencia. Los empresarios han tenido que ‘cambiar el chip’ y dejar de pensar en el mercado local para adecuar sus productos a los gustos y las tendencias de los estadounidenses. La labor no ha sido fácil en especial para las pequeñas y medianas industrias, dice Hernando José Gómez, director de la Oficina de Aprovechamiento del TLC. “Hay muchos retos que sortear, empezando por negociar en otro idioma”.

Para buscar nuevas oportunidades de negocios para los empresarios colombianos, Proexport, la entidad encargada de promover al país en el exterior, visitó 35 de los 50 estados de Estados Unidos y realizó cuatro macrorruedas de negocios en Nueva York y Los Ángeles. A Colombia llegaron de ese país 13 misiones comerciales con empresarios interesados en invertir y mirar el tema de las franquicias. 

El embajador de Estados Unidos en Colombia, Michael McKinley, destaca el caso de las compañías colombianas que están estrechando vínculos comerciales con esa Nación, como Alpina, Argos o Nutresa, varias de las cuales tienen plantas propias o están presentes a través de franquicias como Juan Valdez y hamburguesas El Corral.

El ministro de Comercio, Sergio Díaz-Granados, dice que el arranque del TLC fue bueno si se tiene en cuenta que se dio en medio de circunstancias adversas, como la desaceleración mundial y la revaluación del peso. “A pesar de que el acuerdo comenzó con el viento en contra, los resultados son positivos”, asegura. El presidente de Analdex, Javier Díaz, comparte esa posición y sostiene que si bien un año es poco para sacar conclusiones, es un hecho que están llegando nuevos productos a ese mercado y que han aumentado las exportaciones no tradicionales.

Pero no hay que cantar victoria, pues aún hay muchas cosas por mejorar para facilitar el acceso de los productos nacionales. El sector privado insiste en que se deben reducir los costos y en solucionar de una vez por todas los grandes cuellos de botella del país, como la falta de vías adecuadas. El gobierno, por su parte, espera que los empresarios le saquen jugo al acuerdo, busquen nuevos nichos de negocio, realicen alianzas estratégicas para exportar más y se ciñan a las estrictas normas técnicas, sanitarias y fitosanitarias que exige este mercado. 

Para muchos empresarios, especialmente para los medianos y pequeños, el TLC es la oportunidad de llegar por primera vez al mercado más importante del planeta, que representa el 20 por ciento del PIB mundial, con 310 millones de consumidores de ingresos altos –cinco veces superiores a los de Colombia–.
Todavía es prematuro sacar conclusiones sobre el TLC. Los próximos años arrojarán más luces y mostrarán si el gobierno y los empresarios cumplieron con su parte.