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ACERCA DE LA CONFESION

1 de diciembre de 1997

Quiero referirme a la nota de María Mercedes Carranza 'El Kama Sutra de la Iglesia'. No puedo estar de acuerdo con ese enfoque de la confesión, puesto que sé, con certeza de fe, que la confesión fue instituida por el mismo Jesucristo, como consta en el Evangelio de San Juan. c. 20. vv. 22-23. No es verdad que "su práctica aún vigente, se inicia en 1215 como disposición del Concilio de Letrán". Allí, efectivamente, se dieron disposiciones para salvaguardar el sigilo sacramental y preservar la sacralidad del sacramento. Pero la confesión existía y se practicaba desde los apóstoles. Por otro lado, mi conocimiento de la historia de la Iglesia, de la doctrina y mi experiencia de más de siete lustros de confesor me lleva a negar de plano que pueda ser ni siquiera cercano a la verdad que "durante siglos el principal asunto tratado en el confesionario ha sido lo que tiene que ver con las relaciones sexuales". El primero y principal tema, sin duda, es el amor de Dios, del cual se desprenden todos los errores que cometemos los humanos.Con respecto a la apreciación sobre "la inferioridad de la mujer, la cual es un animal lujurioso y, durante sus períodos mensuales, inmundo", casi no haría falta referirse: es evidente, desde Cristo, el respeto que la Iglesia tiene por el sexo femenino, por la maternidad, por el genio de la mujer. Quisiera recomendarle a la señora Carranza que lea el Documento del Santo Padre Mulieris dignitatis para que disfrute de los mayores elogios de la historia al sexo femenino. Javier Abad-Gómez Medellín

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