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ARTIMAÑAS ACADEMICAS

13 de mayo de 1996

Qué bien que Antonio Caballero en la edición de SEMANA del 27 de febrero pasado, se haya ocupado del conflicto académico-judicial, que si no es porque tres ilustres profesores universitarios fueron a parar a la cárcel, había pasado prácticamente inadvertido en el país.Qué lástima, sin embargo, que haya reducido el problema a un asunto más de fueros y privilegios en Colombia. Porque olvidó el columnista que la razón y el saber _no los académicos_ están "por encima de las leyes que se aplican al común de los mortales". Porque se refirió solamente a la "arrogancia del poder" de los académicos y olvidó la de algunos jueces que pretenden sentar cátedra sobre la viabilidad de una investigación científica. Porque habló de "impedir que los profesores violen los derechos de los alumnos escudándose tras la autonomía universitaria" y no se refirió en cambio a aquellos alumnos que buscan todo tipo de artimañas, incluso judiciales, para evitar cumplir requisitos y procedimientos institucionales.Considerar solamente una de las dos caras de la moneda, también resulta intolerable.Carlos Julio Cuartas ChacónAsesor de rectoría, Universidad Javeriana Bogotá

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