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CALUMNIA REPUGNANTE

27 de julio de 1998

Después de que la más prestigiosa revista del país consagró artículo y carátula a destruir al general Farouk Yanine, y luego espacios similares al forajido que lo acusó falsamente, y en cambio ni una línea a la absolución definitiva del militar, mal podría sorprenderme la edición #841 con el reportaje a los cabecillas del ELN y el consabido despliegue fotográfico. Es comprensible que así se interprete "el deber de informar", con prescindencia del daño que se cause. Que en mi caso puede ser bien grave. ¿O es que ya se olvidó lo ocurrido al general Fernando Landazábal? Cuando SEMANA acoge el cargo que me hace alias Gabino de ser autor intelectual del paramilitarismo en San Vicente de Chucurí, se presta a que se me considere "objetivo militar de la guerrilla". En efecto, el mismo sujeto afirma en el reportaje: "... sólo les quedó a los señores ideólogos la carta de los famosos paramilitares, que desde entonces siembran el terror en esas tierras de mártires por obra de los autores intelectuales". No me preocupa. Viví en el Ejército una existencia de riesgos que incluyó tres atentados terroristas, uno de los cuales me tuvo al borde de la muerte. Sé a lo que me expongo al poner mi pluma al servicio de cuanto ayer defendí con las armas de la República; cosas tan bellas como la libertad de expresión, así se la use irresponsablemente. Pero me repugna la calumnia, más si es acogida por una publicación que leo y admiro. Jamás utilicé civiles armados, ni en Santander ni en ninguna otra parte. Tampoco preconizo el "paramilitarismo". Mis tropas me bastaron para rescatar la paz y el orden, sin tropelías ni abusos. General (r) Alvaro Valencia Tovar Bogotá

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