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"Ahora a echar para adelante, sin mirar atrás." Luzmila Camacho

21 de junio de 2014

Peligroso y tedioso

Recibimos con alegría y tranquilidad el triunfo de la reelección como presidente de Colombia de Juan Manuel Santos Calderón 2014-2018. (SEMANA n.° 1676). Nos salvamos de cuatro años más de uribismo recalcitrante con el candidato Óscar Iván Zuluaga. Santos a cumplir: acabar con la reelección presidencial, acabar con el servicio militar obligatorio, entre tantas cosas que prometió en campaña. ¿Se imaginan a Zuluaga de presidente y al expresidente Álvaro Uribe de senador al mismo tiempo? Peligroso y tedioso. Se avecinan grandes reformas: tributaria, política, salud, etcétera, con la instalación del próximo nuevo Congreso el 20 de julio. Ojalá las Farc también cumplan con seriedad y respeto en el proceso que se adelanta en La Habana, por un país que año tras año ha sumado muertos en una guerra inútil entre nosotros mismos. Uribe, cuatro años más cacareando en Twitter y desprestigiando a Santos, pero ya ni sus seguidores le creen, se cansaron, cambiaron de mentalidad y muchos votaron por Santos.
    
Helena Manrique
Bogotá

Ganó la maquinaria

Como siempre objetivo, veraz y  oportuno el amplio cubrimiento que la revista SEMANA dio a la contienda electoral. Sin embargo, permítame disentir del  contundente titular ‘Ganó la paz’ (SEMANA n.° 1676).  Yo diría que ganó la maquinaria de un Estado que no escatimó en gastos para moverse a favor del presidente, por el que voté para su primer mandato, quien no tuvo inconveniente en aliarse con sus más acérrimos contradictores como Clara López, Gustavo Petro, Iván Cepeda, Claudia López, para citar unos pocos, quienes hace  pocas semanas tildaban al presidente de incapaz y   pésimo gobernante.

En la última elección voté por Óscar Iván Zuluaga, no por ser conservadora, al contrario siempre he sido ideológicamente liberal, sino porque al igual que muchos colombianos no estoy de acuerdo con la manera como se está llevando el proceso de paz. En su momento fue el propio Santos quien nos estigmatizó acusándonos de querer continuar la guerra;  nada más lejos de la verdad, la inmensa mayoría queremos la paz, solo que para algunos es difícil  creer que se pueda alcanzar en un país,  donde el sistema de justicia es prácticamente inexistente y favorece solamente a una pequeña minoría.  

Sorprende más bien la actitud guerrerista del presidente-candidato y su jefe de campaña de las últimas semanas, César Gaviria, quien energúmeno salió por varios medios de comunicación a gritar a los que ejercimos el derecho de disentir.

Por lo demás, la situación no podrá ser más desesperanzadora: Seguirán los ñoños, los roys, los simones....no habrá reforma a la Justicia ni a la salud, mucho menos a la educación; todo el presupuesto nacional será poco para pagar a los que ayudaron al presidente a sostenerse en el poder.

Marcela Álvarez Botero
Bogotá

Felicitaciones

Sobre su portada de la edición n.° 1676: Felicitaciones a quienes dudaron, vacilaron, dieron vueltas y revueltas alrededor de una supuesta candidatura de tercería, que nunca tuvo posibilidades, los felicito porque finalmente comprendieron lo que estaba en juego en estas elecciones y votaron la mayoría en primera vuelta y otros más retrecheros en la segunda, por Juan Manuel Santos, el único candidato que siempre tuvo las posibilidades de derrotar a la extrema derecha uribista. Ahora a trabajar por la paz y las transformaciones democráticas que requiere Colombia.

Gabriel Jairo Gálvez Rojas
Bogotá

Chismografía estadística

Como bien lo tituló la revista SEMANA en su edición  n.° 1676 ‘Ganó la paz’ y eso se debió a la manera como el presidente candidato argumentó ese anhelo nacional y fue muy bien recibido por los ciudadanos que efectivamente le respondieron con 7’816.986 votos...Si bien el triunfo del presidente candidato, Juan Manuel Santos Calderón, fue un hecho contundente también es cierto que  disminuyó del 60 por ciento a más del 52 por ciento el fenómeno político de la abstención para la elección presidencial. También del debate electoral podemos concluir que las empresas encuestadoras fracasaron en sus proyecciones y se constituyeron en las perdedoras, igual que el candidato del Centro Democrático, Óscar Iván Zuluaga Escobar. Perdieron las cuatro empresas encuestadoras en el debate electoral del anterior domingo  debido a que Napoleón Franco, Gallup y Polimétrica, dieron como ganador a Óscar Iván Zuluaga Escobar por 49, 48 y 43 por ciento, respectivamente, mientras que la firma Datexco, daba a Juan Manuel Santos Calderón como triunfante el 41 por ciento.  La absoluta verdad fue que Santos Calderón  ganó con el 50 por ciento de la votación frente a Zuluaga Escobar que logró el 45 por ciento. Con este hecho contundente es claro que quedaron muy mal con sus  presagios  las empresas encuestadoras que mediante consultas a un reducido grupo de ciudadanos se atrevieron a vaticinar resultados como si una situación tan seria como una jornada electoral presidencial fuera cuestión de un juego o del azar.  Entonces lo mejor que la ciudadanía en general puede hacer es no creer y mucho menos dar crédito al síndrome cultural de la ‘chismografía estadística’, pues como quedó demostrado,  una vez más,  el verdadero resultado de una elección siempre estará en las urnas y nunca en las adivinanzas de las firmas encuestadoras. De todas maneras la apatía electoral continuó en la mayoría de la población nacional  en el debate del anterior domingo y por eso siguió predominando la abstención; no concurrieron a las urnas más de 17 millones de cerca de  33 millones de ciudadanos aptos para votar y esa sí es una realidad estadística y no un producto de ‘chismografía’. Debido al resultado de la votación por la Presidencia de la República de Colombia del anterior domingo el país continúa con el calificativo de Nación con una democracia a medias; esta situación se presenta  por el hecho concreto de la baja intervención de la mayoría de  personas aptas para votar en el debate electoral y,  en consecuencia, no existe una democracia representativa de la mayoría de los habitantes.

Jorge Giraldo Acevedo
Santa Marta

Nairo para rato

La más importante gesta deportiva en la historia de Colombia, glorificada en la portada de su edición SEMANA n.° 1674, liderada por el fantástico Nairo Quintana y los antioqueños Urán y Arredondo, confirma a Colombia como una verdadera potencia deportiva mundial, resultado de una política bien dirigida y respaldada con los mejores recursos técnicos, humanos y económicos. No menos protagónico resultó el desempeño de Duarte, Pantano y Chalapud, integrantes del Team Colombia, el cual, con el apoyo del Estado, cumple la importante función de servir como el semillero que surtirá de “escarabajos” a los más importantes equipos europeos en las próximas temporadas, uniéndose a Betancur, los primos Henao, Chávez y Jaramillo para completar una generación excepcional de ciclistas Colombianos.

Pero más allá del logro deportivo, nuestros ciclistas han demostrado ser los mejores embajadores de Paz de Colombia ante el mundo. Con sus declaraciones después del triunfo, indicando que “Colombia no es guerra sino amor” e invitando a conocerla, Nairo se convierte en el mejor ejemplo para nuestra juventud; con tan sólo 24 años, su bondad y humildad son una inspiración para todos por lo que, seguramente, tendremos Nairo para rato!

Carlos Eduardo Villegas Estrada 
Bogotá.

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