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“A Santos se le aplica el refrán de que el que mucho abarca poco aprieta”. Julio Laverde S, Bogotá.

15 de noviembre de 2014

Sí darían

Según estudios de capitales de guerrillas y paramilitares en Colombia el promedio anual de ingresos de estos personajes sería entre el 1 y el 3 por ciento del PIB anual del país, o sea de 4 a 12.000 millones de dólares, y los condenados por diversos delitos por  jueces de la república  deben 9,7 billones de pesos (Timochenko, Jesús Plutarco Díaz, Andrés Felipe Arias, etcétera según El Colombiano, 9 de noviembre  de 2014, página 6). Exigiéndole a los primeros que tienen que contribuir a la paz con un porcentaje de este dinero y no solo entregando armas y otros convenios y actuando con efectividad para cobrar las deudas de los condenados, sería suficiente para que ¡las cuentas sí den! (SEMANA n.° 1697).

Darío Tobón
Medellín


Sabor agridulce


El artículo titulado  ‘Las cuentas no dan’ (SEMANA n.° 1697) deja en el lector raso un sabor  agridulce sobre el futuro del proceso de paz. Todos los esfuerzos hay que encaminarlos primero a firmar el acuerdo. Como el proceso de paz está un tanto empantanado, al respecto les recomiendo al grupo de La Habana, a los asesores, y al presidente Santos leer la declaración de Contadora, que dio origen a los acuerdos de paz de Esquipulas I y Esquipulas II.

De estos acuerdos surgió la Comisión de Reconciliación Nacional de Guatemala ( CNR), que después de 36 años firmó el Acuerdo y Acta de Paz con la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (Urng), contenidos en 12 temas, que son similares a los puntos que se están desarrollando en La Habana, pero que contaron con asesoramiento y acompañamiento internacional, inclusive de la ONU.

En Guatemala se creó la Secretaría de la Paz, dependiente de la Presidencia de la República y cuyo lema es “ haciendo de la paz un patrimonio de todos.” En las reuniones siempre se habló de “Acuerdo de Paz Firme y Duradera”, y siempre se hizo énfasis en que  “solo desde el perdón y la reconciliación podremos dejar atrás la violencia y muerte para construir la cultura de la paz.” De Esquipulas II, también se sentaron las bases o cimientos del acuerdo general de paz de El Salvador, firmado en Chapultepec, México, en 1992.

En este momento histórico del país, hay  que desligar las cuentas y finanzas del proceso de paz, pues  ni este gobierno, ni el que lo suceda puede asumir de contera el gasto social acumulado en más de 50 años de desgreño e injusticia social.

La firma del acuerdo de La Habana generará un impacto económico favorable, que servirá para su financiamiento pues como se dice en el argot popular “las correas deben salir del mismo cuero”. Y como aporte le sugiero a la ministra de Educación crear la cátedra de la paz, como materia académica, desde la primaria hasta la universidad.

Danilo Yepes Recalde
Pasto

Complicidad

En su artículo ‘El efecto Collins’ de la edición n.° 1694 de SEMANA incluyeron esta afirmación que me llamó la atención: “Y hasta dudas sobre la gestión de la firma interventora”. Es la primera vez que yo veo que en un medio de comunicación mencionan al interventor como posible implicado en algún acto de corrupción, falla o incumplimiento en una obra.

En todo carrusel de contratación hay cuatro actores esenciales: un político, un funcionario, un contratista y un interventor: ¿por qué nunca mencionan al interventor como posible causante de las irregularidades? En la famosa pirinola de Mockus el único que pone es el contratista; todos los demás ganan: ahí está la cascarita para que resbale el interventor. A veces sospecho que hay  complicidad en el silencio  de algunos comunicadores.

Vicente Cardona Grajales
Neiva

Metro Adefesio

La Alcaldía (artículo ‘¿Metro 2021?’, edición n.° 1693 de SEMANA) dice que el metro vale 15 billones de pesos y que su construcción durará siete años, pero como no están contempladas las redes de servicios públicos que están en el túnel proyectado, ni tampoco los serruchos vinculados, no costará 15 billones, sino más de 30 billones de pesos, y pasarán 20 años y no lo habrán terminado.

Esa es la experiencia histórica con las grandes obras en Bogotá y Colombia. Si el gobierno nacional y distrital deciden tozudamente construir el metro subterráneo con trincheras a cielo abierto, porque por el pésimo suelo que tenemos, no se puede construir haciendo túneles subterráneos con una máquina tuneladora o topo, ¿qué será del tráfico en Bogotá durante los próximos 20 o 30 años? Sería el colapso y el caos total en Bogotá, muchas veces peor de lo que es actualmente. Mejor dicho, vámonos a vivir a otra ciudad, porque esto definitivamente es inviable, imposible de vivir dignamente.

Antonio Chávez
Bogotá

Un porcentaje mal calculado

Con un cordial saludo envío una pequeña nota sobre un porcentaje mal calculado en la sección Confidenciales (edición n.° 1692).

Un error muy frecuente entre estudiantes universitarios, y aún en investigadores en ciencias, y también en los periodistas, es el cálculo equivocado de los porcentajes. Refiriéndose a las ganancias de los intermediarios, en el negocio de la coca, se dice que al campesino colombiano le pagan el kilo a 2.500 dólares, y en Miami lo venden en 25.000 dólares, siendo la ganancia del 1.000 por ciento. La ganancia es del 900 por ciento, que sigue siendo muy buena. El cálculo correcto y muy sencillo es: 2.500 menos 25.000, dividido por 2.500 = -9 x 100 = 900 por ciento (no se tiene en cuenta el signo negativo). Si el cálculo se hace como una regla de tres, el resultado es 1.000 por ciento, a lo cual hay que restarle el 100 por ciento (los 2.500 iniciales), puesto que la ganancia es de 22.500 dólares por kilo, y no de 25.000.

Alberto Orrego Uribe Ph.D
Manizales


Otro pionero

En la tranquilidad del festivo de octubre releo la revista SEMANA y encuentro que en la revista del 31 de agosto, edición n.° 1687, página 16, primer plano foto de Aparicio, se lee que el citado atleta fue “el primer colombiano en participar en un certamen internacional”.

Al respecto les comunico que en 1932 Jorge Perry Villate,  boyacense, asistió en representación de Colombia a los Olímpicos de Los Ángeles. Aún no pertenecíamos al Comité Olímpico Internacional  puesto que solo hasta 1936 nos hicimos socios.

Cordial saludo,

Luis Felipe Contecha C
Bogotá

Tan reconocida

En relación con el artículo sobre la condena al general Arias Cabrales, (SEMANA n.°1696) deja mucho que desear que una revista tan reconocida se preste para  repetir las frases parcializadas de quienes pretenden confundir a la opinión pública afirmando cosas tan absurdas como que el coronel Orozco deliberadamente envío sus tropas a otras zonas para evadir su responsabilidad. O que el general Uscátegui no tenía el mando sobre el batallón Joaquín París, cuando eso fue justamente lo que se probó en el proceso y que lo llevó a su condena. ¿Falta de imparcialidad? ¿Exceso de confianza en sus fuentes? ¿Todas las anteriores?

Mauricio Orozco
Bogotá

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