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"Una portada hermosa y esperanzadora", Astrid Pinzón, Medellín.

24 de enero de 2015

¿Revolución universitaria?

El artículo ‘Revolución educativa’ genera una indescriptible sensación. Por las declaraciones de los rectores de las universidades –incluido el rector de la Universidad Nacional– y las respuestas de algunos de los estudiantes, “tengo miedo al clasismo, pero ganas de aprender”, parece como si ayer hubiéramos salido del régimen de la Colonia. El artículo, antes que demostrar una ‘revolución’ en materia de educación superior, delata un rezago de 200 años en la integración social-cultural y regional de la Nación.

Colombia, que ha experimentado una expansión impactante en el sistema de educación, de 20.000 estudiantes hacia 1960, a cerca de 2.000.000 hoy, no ha conocido una verdadera reforma ni menos una revolución universitaria. Ni con la reforma Atcon en los años sesenta, inspirada en modelos norteamericanos, ni con el ensayo frustrado de Augusto Franco, en la época de Turbay Ayala, ni con la Ley 30 de 1992, se ha logrado crear un modelo satisfactorio y competente para el sistema integral de la universidad colombiana. Hoy en el sistema sigue reinando la anomia (la Gette, los Alvear, los Henríquez López). La ‘revolución educativa’ es una caritativa propaganda gubernamental al no haberse logrado la reforma estructural que el país pide a gritos. Hace décadas.

Juan Guillermo Gómez García  
Medellín



Esperanzadora

Mi comentario se refiere a la portada de SEMANA en su edición n.° 1707, ‘Revolución educativa’: hace tiempo no teníamos una portada tan hermosa y sobre todo tan esperanzadora.

Astrid Pinzón L.
Medellín



Engañosa

La portada de la edición n.° 1707 de la revista es engañosa. El informe que bajo el título ‘Revolución educativa’ abarca las páginas 18 a 21 destaca los 400.000 cupos que se crearán durante el actual cuatrienio gubernamental, con una inversión estimada de 600.000 millones de pesos. Tal como se desprende del texto los 10.080 beneficiarios en 2015 del crédito condonable accederán a la matrícula universitaria, pero solo dispondrán de cerca de un salario mínimo mensual para vivienda y alimentación, lo que, de entrada plantea condiciones de un maltrecho bienestar individual. Sin embargo, a pesar de la pretensión meritocrática, como dispositivo de movilidad e inclusión social, no pueden ignorarse aspectos tales como: 1. El visible sesgo observado antiuniversidad pública, como quiera que de las universidades reseñadas la única de esta naturaleza es la Universidad Nacional, receptora tan solo del 4 por ciento de los becados; 2. El reforzamiento de la concentración geográfica de los beneficiarios, ya que contrasta el 18 por ciento de los ganadores provenientes de Bogotá con el 37 por ciento que estudiarán en el Distrito Capital.

De igual forma, la mal denominada ‘revolución educativa’, pese a que apunta a un aumento de la cobertura universitaria, modalidad de formación predominante, pero menos dinámica que la técnica y tecnológica, favorecerá, sin mayores artificios estadísticos, a las instituciones privadas, que han experimentado una rápida expansión y cuya participación representará la mitad de la matrícula de educación superior. Ante la disminuida financiación de las universidades públicas, como consecuencia, de un lado, de la reducción de los aportes del gobierno nacional –que han seguido una tendencia inercial y se sitúa en alrededor de 2,5 billones de pesos–, y de otro lado, del tope alcanzado por la mayoría de la treintena de instituciones oficiales en términos de autofinanciación, las posibilidades de elevar la cobertura con calidad estarán cada vez más distantes.
 
Una verdadera revolución educativa se alcanzará cuando se garantice la gratuidad, componente infaltable de la equidad horizontal, y ningún colombiano o colombiana quede por fuera del sistema educativo. Solo así se podrá hablar de la transformación de un sistema segregado y excluyente.

Edilberto Rodríguez Araújo
Tunja



Qué grave error

Denominaré el comentario motivo de mi carta, Qué grave error. Como soporte,  tomo como base la frase de la semana, edición n.° 1706. Cita textualmente: “El sapo más grande que se ha tragado Colombia es el conflicto armado”, dijo el coordinador de Naciones  Unidas en Colombia,  Fabrizio Hochschild. Mis respetos por el doctor Fabrizio por interesarse por la paz de los colombianos. Con igual respeto me permito disentir de su frase. Puedo asegurar, sin lugar a dudas, que el sapo más grande que nos hemos tragado los colombianos es el enorme de la corrupción de cuello blanco. Se podrá en un futuro silenciar el fragor de los fusiles, pero mientras no se desactive la corrupción, el proceso será un saludo a la bandera. Los billones de pesos presupuestados para la confrontación se destinarán a otros rubros y de allí serán saqueados.

Clemente Cubillos Rodríguez
Manizales



Del ex superintendente de Salud

Quisiera aclarar algunas afirmaciones incorrectas realizadas en el artículo titulado ‘Candidatos modelo’ escrito por María Jimena Duzán en la edición del domingo 18 de enero de 2015. Durante el periodo que oficié como superintendente de Salud se intervinieron cinco EPS, y se pusieron bajo vigilancia especial otras 19, aclarando que en ningún caso las medidas de vigilancia especial requieren de interventor y por ello no se nombraron. La Supersalud es adscrita al Ministerio de Salud y está bajo su tutela directa. El proceso de nombramiento de interventores está reglado y a este siempre me acogí; el nombramiento de interventores y liquidadores siempre se realizó técnicamente, sin interferencia de ninguna persona. La situación de las entidades bajo medidas cautelares como intervenciones o liquidaciones siempre fue revisada con el Ministerio de Salud y la Presidencia de la República. Soy independiente y tengo una amplia experiencia administrativa y pública; por eso siempre actué con autonomía y resolución.

Durante mi administración tomé decisiones de enorme impacto nacional, que afectaron intereses poderosos. Fui víctima de intensa y constante persecución, con el objeto de obstruir las investigaciones, deslegitimar las medidas adoptadas y afectar mi prestigio. Desconozco “la investigación”, que se señala fue hecha por un importante medio de comunicación, indicando que en ningún momento información periodística, publicada sin la debida comprobación, puede considerarse como juicio o conclusión definitiva sobre la honra y el buen nombre de nadie. Finalmente, el equipo directivo de la Superintendencia de Salud y todas sus actuaciones administrativas entre 2010 y 2012 han estado bajo el escrutinio y constantes investigaciones de los entes de control, y en todos los casos se ha demostrado nuestro correcto actuar.

Conrado Adolfo Gómez
Bogotá



Como laicos comprometidos


Agradecemos  a   SEMANA  la  entrevista  al nuevo  cardenal  colombiano (edición n.° 1706). Como laicos comprometidos y beneficiarios  directos  del  ejercicio pastoral  del  ahora  cardenal  monseñor  José  de  Jesús  Pimiento, antes  obispo de Pasto,  celebramos  con  beneplácito  este  justo  reconocimiento. La   Fundación Proinco, en  el departamento  de Nariño, es  una organización  gestora  de  desarrollo  social, orientada  a la  superación de la pobreza integral  a  través  de la  educación. Está  cumpliendo 60 años  de servicio  a la  comunidad  y  recibió  el apoyo  espiritual,  económico  y la línea  que  marcaba  el  Concilio  Vaticano II  en ese momento.  Festejamos  que  el papa  Francisco   sintonice  y  resalte  en el  mundo  a  personas que  han  acogido  y han  hecho  vida  el  mensaje  de  Jesús  como  monseñor Pimiento.

Cristina Barón Porras, Fundación Proinco
Pasto

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