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Es mejor un cese bilateral para obtener la paz, que tener la razón para continuar con una guerra fratricida, Danilo Yepes Recalde, Pasto.

18 de julio de 2015

Duda razonable

En el artículo ‘Cese bilateral del fuego’, de la edición n.° 1732, aparecen las fotografías de quienes han fungido como los dos máximos opositores al proceso de paz: el expresidente Álvaro Uribe y el actual procurador Alejandro Ordóñez. Por la naturaleza de sus cargos, se supone que ellos gozan de toda la autoridad para opinar al respecto. El expresidente Uribe hace alarde de conocer al detalle todo lo que está sucediendo en La Habana y de cuáles son las intenciones de las Farc. Sorprende ese grado de conocimiento cuando nunca se enteró, según él, de todo lo que sucedía a su alrededor: los falsos positivos, los falsos atentados a su vida, y un largo etcétera. Si tampoco logró enterarse de lo que sucedía a su alrededor inmediato, ¿cómo logra conocer, tan en detalle, el pensamiento y la actuación de las Farc? En el caso del procurador Alejandro Ordóñez, su fanatismo sale a relucir en cada una de sus intervenciones. La que lo dio a conocer, inicialmente, fue la quema de libros en su juventud. Después lo ratificó con otras actuaciones. De momento, recuerdo otras dos quemas de libros famosas, producto también del fanatismo: el incendio de la biblioteca de Alejandría (¿tuvo algo que ver con eso?) y la quema de libros por parte de los nazis (otros fanáticos).

Ernesto Luque
Pasto



La paz, un bien preciado

El columnista Antonio Caballero en su artículo ‘El señor presidente’  (edición n.° 1732) ha señalado que no es tanto con las Farc con quien no se puede negociar la paz, sino con el uribismo, pues sus dirigentes y militantes  no la desean, ya que “la guerra es mejor negocio”.

Ante el reciente anuncio de las Farc de un cese unilateral del fuego a partir del 20 de julio, el expresidente Uribe inmediatamente trinó: “El país vivió un cese bilateral y fue un desastre”. Doble mentira, pues ni fue bilateral, ni fue un desastre. No fue bilateral porque las Fuerzas Armadas no suspendieron su accionar militar, pues una cosa es disminuir la ofensiva a los campamentos guerrilleros que se encontraban en cese al  fuego o, como suele decirse, desencallar el conflicto, y otra muy distinta suspender toda ofensiva militar. Tampoco fue un desastre, pues en los cinco meses que duró el cese unilateral, que fue roto por las mismas Farc, los choques armados disminuyeron en el 85 por ciento, los secuestros y daños a la infraestructura cesaron y se dio inicio al desminado. Esto fue reconocido por las mismas comunidades campesinas que padecen el conflicto, por organismos nacionales e internacionales y por el propio gobierno.

Es hora de que el país entienda que la paz, aunque esquiva, es el bien más preciado que debemos buscar y los medios de comunicación tienen una enorme responsabilidad en su construcción. Prolongar la guerra es prolongar el dolor, la muerte y el atraso.

Juan Manuel Jaramillo U.
Medellín


Feria de avales

Leer el artículo ‘Rojo pálido’, que relata los polémicos avales que ha dado la dirección liberal, me pone a pensar que las malas prácticas políticas siguen vivitas y coleando; que ninguna de las reformas políticas implementadas en los últimos 15 años han servido para sanear el quehacer político. Como liberal de pura cepa, siento tristeza que el partido del trapo rojo haya abandonado su ideario para obtener más votos. Agradezco a la revista por esta reflexión sobre mi afligido partido.

Hugo Rodríguez
Bogotá



Ni tan ángeles

Nuevamente SEMANA puso el punto sobre las íes al escribir sobre el caso de las 15 personas que fueron capturadas de pertenecer al ELN y de estar detrás de los ataques terroristas que han sacudido a Bogotá en los últimos meses. En medio de la confusión, la revista logró dar luces sobre qué tan culpables o inocentes eran. Tras leer el artículo, no me cabe duda de que muchos no son los angelitos que otros los quieren hacer ver.

Juan Toro
Medellín


Sin nivel

El análisis sobre la pelea entre la ministra Gina Parody y José Obdulio, publicado en la edición n.°1732, es una clara muestra de que la paz en Colombia no se va a lograr en La Habana si en Colombia, especialmente en Bogotá donde está la sede del gobierno nacional y del poder político, no son capaces de desarmar su odio y su lenguaje. Si a Gina le quedó mal, como ministra, salir con esas acusaciones, a Gaviria le fue mal y quedó claro el talante tan bajo que tiene el primer primo.
Mientras que en Estados Unidos hay un gran debate, primero para incluir por primera vez a una mujer en un billete de diez dólares, pero aún no se sabe quién va a ser, tal y como quedó claro en el artículo ‘La mujer del billete’ (edición n.°1732), me puse a pensar que esa discusión en Colombia ni siquiera se ha dado porque acá ya hemos puesto a varias. Eso sí, sería bueno que vinieran más y que el Banco de la República hiciera un concurso para escoger, entre muchas memorables de la historia, otras que deberían recibir un homenaje.

Esperanza Ocampo
Medellín



Filántropo de verdad

Al leer ‘El billonario atípico’, que muestra cómo Bill Gates está dedicando gran parte de su fortuna y su tiempo en ayudar a las personas más pobres del mundo, especialmente de África, se entiende el verdadero valor de la filantropía. Algo que muy pocos ricos colombianos entienden realmente, a no ser que tengan fundaciones para sacar más plata para vivir mejor.

Luz María Henao
Cali



Agua para El Carmen

Gran satisfacción me causó saber que El Carmen de Bolívar, ese municipio que ha tenido que sufrir las consecuencias del conflicto armado y de la corrupción que carcome a nuestro país, pueda disfrutar por fin de un acueducto que suministre agua potable las 24 horas a sus habitantes. Creo que la labor que está adelantando el ministro de Vivienda, Luis Felipe Henao, es muy buena pues en el caso de los acueductos se está enfocando en las poblaciones más alejadas del país y que no tiene buenas condiciones de vida. Ese tipo de políticas son las que deberían seguir resaltando los medios de comunicación, como lo hizo SEMANA en el artículo ‘Murió el burroducto de El Carmen’ (edición n.°1732).
 
Alfredo Pinto
Sincelejo 

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