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El presidente es más optimista que nosotros: ojalá tenga razón. Lucía Montoya, Bogotá.

15 de agosto de 2015

El drama humano en China

Muy interesante  el artículo ‘Una vuelta sin retorno’ de la edición n.° 1736. Nos duele saber que  138 colombianos están prisioneros en la República Popular de China y  de ellos 11 condenados a cadena perpetua y 12 a pena de muerte. No está mal que nuestro gobierno intervenga en defensa de estos condenados. Ante todo, el peso de la ley debe caer sobre los malditos traficantes que los embarcan, teniendo de por medio millonarias ganancias y quedando, ellos, sanos  a la hora del fracaso en los fraudulentos envíos.

En Colombia no podemos pretender que China modere  sus leyes, pero más importantes deben ser las medidas de prevención para impedir que los nuestros lleguen a esta situación tan grave. Es bueno analizar también el ejemplo de la Revolución china iniciada en 1949 que la tiene hoy como la segunda potencia del mundo. En tanto que antes de 1949 la mayoría de su millón de habitantes  padecía de hambre, vale decir que sus condiciones eran peores que las nuestras.

Fidel José Vanegas Cantor  
Bogotá


La Armada y el hallazgo

En su edición n.° 1734 he leído con mucho interés en la página 74 su artículo ‘El museo por descubrir’ el cual encabeza con “El reciente hallazgo de una embarcación…”. Me permito corregir que el “hallazgo” no es tan reciente.

Como lo informó el periódico El Tiempo en su edición del jueves 21 de diciembre del año de 1961, un galeón fue descubierto por los buzos de la Base Naval A.R.C. Bolívar de Cartagena, señores Dussan Bulic y el suboficial primero buzo Francisco Vargas Granada los primeros días del mes de diciembre del año 1961. La noticia se difundió a fines de diciembre previa autorización del comando de la Fuerza Naval del Atlántico bajo el mando del capitán de Navío Orlando Lemaitre y el jefe de operaciones, capitán de Corbeta Eduardo Wills Olaya.

Como jefe del Departamento de Comunicaciones, Criptografía y Prensa del comando y previa aprobación por parte del entonces comandante de la Base Naval A.R.C. Bolívar, el capitán de Corbeta Teófilo Victoria fue designado para adelantar todo lo relacionado con las comunicaciones sobre el hecho; boletines de prensa, coordinación de operaciones de rescate para tratar de sacar evidencias, al menos de algunas piezas para dar una noticia totalmente cierta de lo hallado. Se me encargó, igualmente, contactarme con la Academia de Historia de Cartagena, etcétera.

Como aparece en los recortes de prensa que les envío, logramos sacar en un tiempo récord cinco cañones sin mayores costos y solo con la ayuda de un viejo martinete, pero contando eso sí con la pericia del cuerpo de buzos de la Base Naval A.R.C. Bolívar y la total colaboración tanto del comando de la Fuerza Naval del Atlántico (hoy Fuerza Naval del Caribe).

Les agradecería incluir esta nota en su próxima edición –Colombia merece saber la verdad de lo que en ella sucede–. Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios –mucha gente por ahí ganando indulgencias con padrenuestro ajeno–. Y quienes realmente hicimos el hallazgo, en este caso todos los integrantes de la Armada que dimos a luz el acontecimiento, totalmente marginados, sin crédito ninguno por tan importante descubrimiento. Nunca se nos hizo caso a las propuestas por sacar a flote el galeón y hacer con él un monumento a la entrada a Cartagena como homenaje a Blas de Lezo.

Teniente de Fragata (r) Alfonso Mesa Álvarez
Cali

Un debate abierto

Valoro mucho el profesionalismo y la valentía de la periodista María Jimena Duzán desde aquellas épocas en las que trabajaba en El Espectador al lado de don Guillermo Cano denunciando sin titubeos,  a sabiendas del riesgo que corría, las atrocidades del narcotráfico y en particular de Pablo Escobar. Sin embargo, me parece que  la reciente entrevista a un criminal como Freddy Rendón es un desacierto, así él haya pagado su condena, mínima por cierto y, en apariencia, dé muestras de arrepentimiento y declare su intención de colaborar con la pacificación del país.

Ante la pregunta de la periodista  de si había jugado fútbol con la cabeza de un campesino,  sin ningún dejo de arrepentimiento se limitó a responder que no había jugado fútbol con su cabeza, pero que sí lo había degollado con un machetazo, como si esto último no fuese extremadamente grave y dantesco para ser exculpado por el hecho de que no se jugó con su cabeza.

Una cosa es darles la oportunidad de integración a la sociedad y que  esta comience a dar muestras de  reconciliación, pues la exclusión de este tipo de criminales “sería el peor error que podríamos cometer”, como bien lo dice la periodista Duzán (SEMANA n.° 1736), pero  otra muy diferente es  darles “pantalla” y publicidad  en los distintos medios o, in extremis, volverlos personajes de un libro o de una película. Convertirlos en héroes o paradigmas a seguir eso sí es  lo peor que podemos hacer.

Juan Manuel Jaramillo U.
Manizales


La caída recuperada

En su artículo ‘Lluvia de dólares’ (SEMANA n.° 1736) mencionan que este año las autoridades han incautado 13.000 millones de dólares, lo cual es un error garrafal y es algo que le sucede a muchos periodistas que no manejan bien los números. Si no es un error, pues buenísimo porque recuperamos en parte la caída de precios del petróleo.

Ricardo H. Rojas M.
Bogotá


De la Cruz Roja

En nombre de la institución humanitaria que presido, me permito manifestarle nuestros más sinceros agradecimientos por el apoyo y el tiempo dedicado a cada una de las historias publicadas en la revista SEMANA, con motivo de la celebración de los 100 años de labor humanitaria y voluntaria de la Cruz Roja en Colombia.

Su invaluable apoyo y el compromiso de su equipo permitieron que más colombianos conocieran nuestra misión humanitaria y nuestra campaña conmemorativa ‘Mi Historia es Tu Historia’. Gracias a este trabajo de visibilidad hemos podido crear y fortalecer lazos de solidaridad entre miles de colombianos y comunicar de manera efectiva nuestra razón de ser: prevenir y aliviar el sufrimiento humano.

Para la Cruz Roja Colombiana y para mí personalmente es un honor contar con aliados estratégicos como ustedes que nos ayudan a construir un mejor país. Por ello, esperamos seguir desarrollando de manera conjunta nuevos proyectos que nos permitan contar las historias de vida que empezamos a escribir después de estos 100 años.

Fernando José Cárdenas Guerrero, presidente nacional
Bogotá


Aclaración

En el artículo ‘Pesimismo alborotado’ (SEMANA n.° 1735), la gráfica de la página 29 sobre confianza en las instituciones salió con un error en la convención, pues los colores y porcentajes difieren de lo que dice el título.  Presentamos disculpas a nuestros lectores.

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