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"No es fácil hacerlo, pero perdonar es una liberación inigualable", Julia González Jiménez, Cali.

9 de enero de 2016

Un claro mensaje

Excelentes las declaraciones del doctor Mauricio de la Mora en la entrevista de la edición n.º 1756 de SEMANA. Sus muy bien sustentados argumentos, como ingeniero de petróleos de vasta experiencia, le dejan un claro mensaje al gobierno, a las compañías operadoras y de servicios petroleros, a sus funcionarios y a las comunidades. Considero que si queremos tener una industria sostenible en el tiempo, nos toca cambiar de actitud porque las circunstancias del entorno petrolero mundial así lo exigen. Ahora debemos planear mucho más que antes y tomar decisiones sensatas y proactivas pensando en lo expuesto por el doctor De la Mora y, adicionalmente, en la premisa fundamental compartida recientemente por el doctor Juan Carlos Echeverry, presidente de Ecopetrol: “Nos toca hacer más con menos y para lograrlo debemos innovar”. Ese es justamente el realineamiento que se necesita. Recordemos que si deseamos obtener mejores resultados, debemos hacer las  cosas de una manera diferente.

Hernando Barrero Chaves
Bogotá

Año del perdón

A propósito de la portada de la edición n.º 1756 de SEMANA, es bueno destacar que cuando víctimas y victimarios se han encontrado en un cara a cara de la verdad y perdón hacia una reconciliación de los colombianos, que nos conduzca a finalizar el conflicto, el más antiguo y doloroso del mundo, existan políticos aburguesados y terratenientes amigos de seguir la guerra; con temor de ceder tierras acumuladas en forma dudosa pero que suman miles de hectáreas inoficiosas y dar empleo a reinsertados en sus negocios familiares o con fachadas con testaferrillos. Muestran un falso temor y una falsa opinión pública para torpedear los diálogos de La Habana que avanzan en forma exitosa y beneficiosa para Colombia.
Los colombianos vemos con agrado y alivio los encuentros del perdón y diálogos de La Habana, sin temor a tener reinsertados como vecinos en las nueva vida social y con un Ejército y Policía fortalecidos para el posconflicto. Así, dominar los otros actores de temor nacidos en el narcotráfico y la delincuencia común para garantizar el orden y la paz en los campos de Colombia, y de esta manera cese el derramamiento de sangre, el dolor, la zozobra y la barbarie, y aparezca la tranquilidad, la producción agrícola y ganadera. Que las noches estrelladas iluminen los campos sembrados con amor y sudor de la gente y se acabe el viaje obligado cargado de horror al pavimento de las ciudades de campesinos e indígenas. Que tanto en las ciudades como en el área rural nuestras fuerzas del orden garanticen la sana convivencia.

Wilson Ruz Mejía
Montería

La mejor versión

Muy buena su crónica sobre nuestro gran maestro José Barros (SEMANA n.º 1755). Solo tengo una observación que hacer, me da mucha pena con el productor del CD pero faltó la mejor versión que hay de La Piragua que no la toca propiamente ningún colombiano. Es la versión de la orquesta venezolana Billo’s Caracas Boys, pero por si fuera poco le faltó la versión más conocida y si no estoy mal la versión original que es de los Black Stars cantando Gabriel Romero.

Hernán Linares G.
Bogotá

Deben ser consecuentes

En su edición n.º 1756 en Confidenciales, ‘En qué va la dejación’, Iván Márquez en entrevista con RCN “notifica que no solo no habrá entrega de armas al gobierno, sino que no habrá destrucción. Según él, las armas entrañan para la Farc ‘una simbología de resistencia’, y solo estarían dispuestos a colocarlas ‘en un lugar lejos de su uso’”. Es insólita la petición de la Farc y lo sorprendente es que la máxima romana Si vis pacem, para bellum (si quieres la paz, prepárate para la guerra), hasta ahora utilizada por los Estados para disuadir al enemigo, parece ser la nueva política de la Farc y siendo consecuentes con la dialéctica castro-comunista, combinarían la lucha revolucionaria con las armas en el monte y sus propuestas en el Congreso. Si el gobierno acepta estas condiciones, millones de colombianos que deseamos la paz y votaríamos por el Sí cambiaríamos nuestro voto por el No. Las Farc deben ser más consecuentes y dejar la soberbia sin olvidar que los ciudadanos de bien somos ‘patriotas soberbios’ y no unos ‘idiotas útiles’.

Alessio Mazzanti T. 
Barranquilla

Por la medicina colombiana

Me refiero a la nota aparecida en la edición n.º 1756 titulada ‘A ponerse en forma’, en la cual se informa que al vicepresidente de la Nación le diagnosticaron un tumor cerebral benigno y que “como la cirugía no entraña grandes riesgos, se descartó que fuera llevada a cabo en Estados Unidos...”.

En Colombia contamos con neurocirujanos del más alto nivel, que cotidianamente realizamos con éxito cirugías de alta complejidad y que hemos sido reconocidos internacionalmente, por lo cual ocupamos cargos de liderazgo en las más importantes asociaciones internacionales de neurocirugía. Una muestra del reconocimiento internacional a la neurocirugía colombiana y a la Asociación Colombiana de Neurocirugía fue la reciente designación de Bogotá para ser sede del XVII Congreso Mundial de Neurocirugía para el año 2021, congreso que se celebra cada 4 años desde hace 60 años. En esta elección competimos contra Yokohama (Japón), Dubái (Emiratos Árabes Unidos), Ciudad del Cabo (Sudáfrica) y Bali (Indonesia).

Esa idea de que los neurocirujanos no podemos realizar en Colombia sino procedimientos simples o de bajo riesgo no solo es falsa, sino que refleja el pensamiento de que nuestro país no avanza y que continuamos siendo de segunda categoría; refleja, además, un sentimiento de inferioridad y el espíritu de dependencia que atrasa el desarrollo del país.

Enrique Osorio Fonseca, MD
Presidente de la Asociación Colombiana de Neurocirugía
Bogotá

Motes y alias

En la columna de Antonio Caballero ‘El pez león’, de la edición n.º 1756, se señalan con inteligencia y propiedad algunos de los errores idiomáticos en que usualmente incurren los periodistas, quienes finalmente son forjadores de opinión a través de las palabras que no solo transmiten sus ideas sino que inducen pensamientos (y su peculiar castellano). Pero no solo en lo gramatical sus colegas incurren en muchos errores, sino en la utilización indiscriminada de los motes y los alias para desconocer a las personas y convertirlas en los seudónimos que el periodismo les asigna como letra escarlata: Jhon Jairo Torres ya no existe, ahora es Jhon Calzones; a James Arias lo transmutaron en el Zar de la Chatarra; Enilce López no existe más, ahora es la Gata; y de Elizabeth Montoya ya nadie se acuerda mas sí de la Monita Retrechera. Fredy Valencia pasó de ser el Monstruo de Monserrate al Monstruo de los Cerros Orientales y luego será conocido como el Azote de la Cordillera Andina para dicha de la noticia roja espectáculo. Y fuera de eso, muchos comunicadores tienen la cachaza de seguir haciendo la misma pregunta de rigor con la que siempre quieren parecer muy versados: “Señora madre de Sebastián Fuentes, ¿se imaginó usted algún día que su pequeño hijo desaparecería en el mes de diciembre de 2015 frente a su casa en un barrio de Soacha?”.

Mayo Monroy
Bogotá

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