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"Ojalá me equivoque, pero la democracia está en cuidados intensivos" José Luis Pérez N. Bucaramanga.

7 de enero de 2017

Cordura dudosa

Para comentar su portada de la edición n.º 1808-1809: el año 2016 no solo fue de la rabia. Fue, también, el año en que dudamos de la cordura de la humanidad.

Mauricio García Castañeda
Bogotá

Tremenda carátula

Plausible y admirable la foto de portada de Semama, edición n.º 1808-1809. Se cumple el predicado de que una imagen vale más que mil palabras. Con ella se rememoran más de 200 años de opresión republicana, y se reflejan la corrupción, las mentiras y el talante de nuestros dos últimos gobernantes. Al director creativo solo le faltó incluir a ‘primo-chenco’ para representar, así, las dos ‘extremas’: la derecha y la izquierda, que –con diferente credo y bajo el mismo manto– constituyen… ¡la misma perra, con distinta guasca!

J. Óscar Gil G.
Cali

Humor, para no olvidar

Nunca sobra, en especial en un año tan denso y triste como 2016, cerrar con un aire distinto. Si bien la portada (Edición n.º 1808-1809) que integró al No y al nobel logró asustarme (Uribe y Santos fusionados no son una imagen agradable), me pareció acertado el segmento de Semama porque sirvió de repaso y divertimento a la vez. Especial gusto me generaron los montajes publicitarios (Ubérriman, Trump versus Calero), y también el mosaico entre Bob Dylan y el presidente Santos cuando parecía un verdadero hippie. Hay muchas más perlas que hacen de ella una sección valiosa, digna de reconocimiento y que espero se repita.

Juan Manuel Ruiz
Barranquilla

El gobierno de la rabia 

Confundir indignación popular a la hora de elegir sus líderes con el surgimiento del populismo es muy duro para un pueblo molesto por las atrocidades que nos están pasando.
El año 2016 puso a prueba la credibilidad en la democracia en Colombia. Fue el año que dijimos No, pero el poder dijo Sí. La mayoría de colombianos hoy andamos emberracados con la aprobación de la nueva reforma tributaria (SEMANA n.º 1808-1809). Y no es para menos, pues es abusivo e inequitativo un IVA del 19 por ciento a varios de los artículos de la canasta familiar, ya que va en contravía de los ciudadanos de menores ingresos. Además sabemos que el Congreso les cuidó los bolsillos a los ricos, les bajó los impuestos a sus empresas. 

Todo esto es incoherente con lo que decía el actual presidente cuando era candidato: que durante su gobierno llorarían los ricos y que podría escribir sobre mármol que no subiría los impuestos a la clase más necesitada.

Claro que subir impuestos es impopular, pero olvidó el Congreso que son los representantes del pueblo, que los elegimos para que luchen por nuestro bienestar y que existen muchas otras formas de recaudar fondos sin subir el impuesto al valor agregado que va directamente al bolsillo de los más necesitados –este impuesto es tan ingrato que los empresarios lo suben a sus artículos para que sea el pueblo el que lo pague–.

Con la caída del proyecto de ley que reformaba la justicia y que además daba los pesos y contrapesos necesarios para evitar la concentración del poder en una sola persona, se ha producido un efecto dañino con la democracia debido a la injerencia del Poder Ejecutivo, en cabeza del actual presidente de la república, en altas cortes, Consejo de Estado, Fiscalía, órganos de control y hasta en el Congreso de los colombianos. Solo así me explico lo del umbral para el plebiscito, que se diga que el No ganó con engaño, que se permita que se desconozca el resultado y, por último, un alza del IVA en contra de todo el pueblo incluidos los que votaron Sí en el pasado plebiscito.

Luis Hernán Tabares Agudelo
Santa Marta

La dura vida, ¿tarde?

Luego de la infortunada portada que dedicaron al señor Francisco Uribe Noguera, en la que tuvo espacio para dar su versión de los hechos, me parece que el artículo ‘La dura vida de los Samboní’ (SEMANA n.º 1808-1809) era más que necesario. Y aunque debió salir a la par de la entrevista, precisamente para equilibrar la información, no cabe duda de que es mejor tarde que nunca. En gran medida el artículo expone el marco familiar de una niña que sufrió una suerte horrible y una familia que, dentro de sus humildes condiciones, demuestra gran dignidad mientras trata de entender lo que le sucedió a su pequeña. En medio de una terrible tragedia e incertidumbre, también fue bueno saber que han recibido muestras de apoyo y solidaridad de la comunidad. Es lo mínimo.

Juanita González Muñoz
Pereira

Chau, Pepe

Sin duda los grandes se están yendo. Pepe Sánchez podía caer bien o mal como persona, pero a nadie escapa su relevancia y la impronta que dejó en la televisión y en las producciones audiovisuales en Colombia. Por eso me pareció importante el homenaje que le hizo la revista en su artículo ‘Gracias, Pepe’ (SEMANA n.º 1808-1809). Desde la palabra, sin duda, el texto hizo honor pues incluyó a varios personajes que trabajaron con él, bajo su tutela, y supieron ilustrar su método y su huella. Desde la imagen, el repaso fotográfico por la carrera del director, sus distintos looks a través del tiempo, y varios de los personajes que hicieron de sus producciones algo inolvidable me llevó a un viaje nostálgico por épocas en las que, con Pepe a la cabeza, las producciones colombianas eran recordadas por generaciones.

Julián Díaz Cabrales
Bogotá

Silencio en el foro 

El intento de mantener una posición políticamente correcta en su artículo ‘Un nuevo Dorado’, aparecido en la edición n.º 1807, ya no produce ni ganas de reír, ni de llorar, ni de indignación siquiera. Solo información a medias, sin ningún análisis, solo lo justo para medio anunciar a un país idiotizado que aparentemente es culto y con un mediano poder adquisitivo, de manera muy breve, lo que sucede, con el fin de aparentar que nos encontramos debidamente informados. Un somero análisis de la noticia nos muestra que dos compañías mineras, la canadiense Continental Gold y la sudafricana AngloGold Ashanti, ganarán y extraerán del país como mínimo, la módica suma de más de 6.000 millones de dólares en los próximos 14 años, sin contar los beneficios adicionales por la extracción agregada de la plata. Lo anterior, sin sumar los demás proyectos de los que esperan igual o mayores beneficios.

A la noticia, el artículo le llama minería responsable, al suponer que los costos de daño ambiental y supuestamente las obras de desarrollo puedan ser pagados con la cantidad reducida de regalías e impuestos recibidos por la Nación y por los dos municipios afectados.

Ya nadie se extraña de lo que acontece, ni columnistas, ni políticos, ni ninguna organización, todas inmersas en defender solo sus propios intereses personales. ¿A cuántas reformas tributarias equivale el supuesto beneficio de la inversión recibida? ¿Qué dicen los ministros y exministros de Hacienda y Economía del país, lobistas de muchos de estos proyectos? Nada. Silencio en el foro y mejor que nadie pregunte y nadie piense y nadie se cuestione.

Por eso, en este país, no habrá paz nunca. A pesar de los nobeles y aspavientos de la comunidad internacional por promocionar en los distintos medios de divulgación las noticias sobre procesos de paz, siempre existirán idealistas que formarán grupos guerrilleros, o focos de criminales, que, enarbolando la excusa de luchar por el interés del país o de las comunidades, pondrán el país patas arriba para justificar sus acciones. Con toda razón la Ocde, al evaluar a nuestros profesionales y bachilleres, señala que la capacidad de análisis de los colombianos es mínima o propia de casi analfabetas o de los ‘vivos’ de este país.

Jaime Ernesto Díaz Ortiz
Bogotá

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