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29 de julio de 2017

Peligroso intervencionismo
La conspiradora derecha de cualquier país por ella expoliado le teme a una constituyente. La rechaza y sabotea porque con el reclamo popular de democracia sus excluyentes intereses de clase en ella desaparecen, como consecuencia del calculado grado de explotación y miseria que al pueblo raso le tienen planeado con la ‘comunidad internacional’ y los ‘organismos multilaterales’ que hoy patrocinan las guerras.

Con el montaje de su última portada en su revista (edición n.° 1838) Maduro ‘Atrincherado’ y sus recientes y sesgados artículos contra la revolución venezolana y a favor de los intereses internacionales informativos de conspiración contra ella, ustedes están promoviendo un peligroso intervencionismo con el que los muertos y días no serán 100; serán más y con enormes riesgos para nuestra ejemplar ‘democracia’ colombiana hoy en busca de que nadie en este país se tenga que atrincherar, no para defender el poder, sino para defender la búsqueda de una mejor democracia que con urgencia necesitamos y que estamos empeñados en encontrar.
Lorenso Maldonado G.
Bogotá
 
Bienvenida esta ayuda
Muy interesante ver en su revista (edición n.° 1838) que se resalte el apoyo del multimillonario  estadounidense Howard Buffett, en el sentido que donará 16 millones de dólares para que sean invertidos en proyectos productivos en zonas de posconflicto en nuestro país,  lo cual no es una suma despreciable si tenemos en cuenta el valor en pesos colombianos. Yo no sé si en Estados Unidos, igual que en Colombia, eso les permita a los empresarios evadir impuestos o no; lo que me alegra como colombiano y como nacido en una zona de conflicto es que esos dineros harán parte del desarrollo de los acuerdos, que tienen que ver con hacer justicia para las víctimas del conflicto, ayudar a solucionar el problema del cultivo de drogas ilícitas y crear más y mejores oportunidades para el campo.

Con ello también se le está brindando un gran ejemplo a los guerreristas de este país, para que a cambio de andar añorando los tiempos de guerra, más bien distribuyan las tierras que les fueron arrebatadas a los campesinos; y así engrosen los 3 millones de hectáreas que hacen parte del Fondo de Tierras creado con los acuerdos, para que los campesinos sin tierra puedan cultivarla y ayudar a cerrar esa brecha existente aún entre la ciudad y el campo.

Para nadie es desconocido que muchos terratenientes y politiqueros hoy en día cuentan con grandes extensiones de tierra, gracias a esa guerra fratricida librada durante más de 50 años y que se escudaban en la existencia de la guerrilla para arrebatárselas ilegalmente a los campesinos. Que las tierras sean devueltas a los campesinos y que  puedan desarrollar proyectos productivos sería una muestra más de que la paz puede ir mucho más allá del silenciamiento de los fusiles. Cabe añorar también que dichos dineros no vayan a engrosar los bolsillos de los grandes pícaros de nuestro país, tal y como ha sucedido otrora, en que de cada catástrofe nuestra salen nuevos corruptos. Bienvenida esta ayuda y las muchas que vengan. Como escribiera un alumno mío, por la paz, estoy dispuesto a hacer todo lo que sea posible.
Henry Sarabia Angarita 
Bogotá

No estigmatizar
Soy egresado de la Universidad Nacional. Con respecto a la entrevista realizada al exrector Moisés Wasserman (SEMANA n.°1835) me encuentro totalmente de acuerdo con sus respuestas y considero que el debate no debería centrarse en la estigmatización de los estudiantes o egresados de una universidad específica. Si así fuese, podríamos plantear que los graduados de las universidades privadas del país son los cabecillas de los principales grupos dedicados a desfalcar la sociedad por medio de entramados corruptos, tanto de índole privado como público. Por esto el debate debería enfocarse en por qué parte de la sociedad continúa considerando que la violencia es un medio válido de expresar su inconformidad, así como por qué otra parte de la sociedad considera que es válido cualquier medio para alcanzar la tan anhelada riqueza monetaria.
Miguel Frehydell Upegui 
Medellín

Explicación pueril
En la edición n.°1837 de SEMANA bajo el título ‘Obras emblemáticas de Bogotá en ruinas’, el director del IDPC, Mauricio Uribe, ofrece una explicación muy diplomática y pueril: “Bogotá perdió mucho de su sentido de pertenencia, y eso se ve reflejado en el estado de sus monumentos”.  Mas la verdad es que gran parte de la culpa reside en los 12 años de gobiernos de izquierda, cuyas alcaldías, al fomentar la rebeldía antisistema entre los grupos sociales mediante actos como bloqueos, tomas y plantones sobre espacio público, en tanto se sustraían motu proprio del ejercicio de la autoridad institucional, convirtieron al grafiti y al aerosol en una supuesta forma  de ‘arte urbano’ con el que como una mancha sus áulicos todo cubrieron, todo afearon, todo ensuciaron.

Y fueron tan descarados que aun apoyaron a tales ‘artistas urbanos’ con recursos oficiales para que cubrieran de pintarrajos monumentos como el Cementerio Central. Bogotá, como lo afirma el artículo de marras, no es más que la víctima del más execrable vandalismo puro y duro del populismo político punitivo de la izquierda contra la capital. Recordemos lo dicho por Samuelito para ilustrar el odio de tales administraciones contra los logros de las alcaldías precedentes: “…cada vez que veo un TransMilenio veo una hp valla de Peñalosa”. 
Dalia Monroy
Bogotá

Refrescar la memoria
Me refiero a la carta titulada: ‘Palabras prohibidas’, revista n.º 1838. A las nuevas generaciones se les ha trasmitido la idea de que la violencia política fue obra del expresidente Laureano Gómez para hacerse presidente.
Les refresco la memoria: cuando se presentó la división entre Jorge Eliécer Gaitán y Gabriel Turbay, Laureano Gómez ordenó a los conservadores hacer presencia pacífica en la campaña del candidato Gaitán para dividir al liberalismo, como única forma para acceder al poder, porque el conservatismo estaba diezmado.

Sin ambición personal, proclamó la candidatura del doctor Mariano Ospina Pérez, considerando que no habría ninguna resistencia por su intachable hoja de vida. Hay que reconocer que fue una jugada política formidable que no se la perdonarían jamás.

Luego un reconocido jefe político organizó un grupo armado en los Llanos Orientales. El error del gobierno fue responder a la violencia con violencia. El asesinato del líder J. E. Gaitán fue planeado y ejecutado por la oposición para sabotear la IX Conferencia Panamericana Internacional que se celebraba en ese momento, y con fines revoltosos. Al gobierno le servía más el citado líder vivo que muerto para mantener la división de la oposición; y continuaron la violencia para desembocar en el golpe de Estado en 1953.

Cuando el general Rojas Pinilla quiso perpetuarse en el poder buscaron la unión con el expresidente Laureano Gómez (en el exilio) para derrocarlo. Después de un paro de unos pocos días sin ningún muerto, el general depositó el mando en una junta de generales y abandonó el país.
Hoy piensan hacer lo mismo, llamando a la oposición. Por el mensaje de Santos el 20 de julio, y más explícitamente ayer (24 de julio), desesperadamente Silva Luján propone otro Frente Nacional para permanecer en el poder.
Alfonso Mejía A.
Bogotá

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