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10 de febrero de 2018

¿SE PODRÁ CONFIAR EN ELLOS? Pese a los sentimientos encontrados que tuve cuando vi en la revista una entrevista a
Timochenko (SEMANA n.° 1865) y al rechazo que tuve en un principio, debo confesar que al final fue un excelente trabajo periodístico. Las preguntas no fueron condescendientes con una persona que tanto daño le ha hecho al país. Pero lo que más me causó sorpresa fueron posiciones que el exguerrillero tiene frente al tema económico. En algunos apartes dice: “Pensamos en un modelo en el que se respeta la propiedad privada”, “Si en algo coincidimos con los neoliberales, es que el nivel de impuestos que están pagando las empresas puede ser demasiado alto”, “Las políticas sociales no pueden ir en contra de la responsabilidad fiscal”, “Lo que yo nunca haría es dar casas gratis. Todo beneficio debe tener un costo social”… Todas esas afirmaciones me llevan a pensar en dos escenarios. Uno, que las Farc abandonaron su anquilosado discurso comunista y entendieron que para hacer política dentro de la legalidad no solo debían dejar las armas, sino apelar a un discurso moderno fuera del comunismo. O, dos, que es una estrategia de Timochenko para que los colombianos votemos por ellos, y que una vez lleguen a la Presidencia (en el caso de que sea posible), nos engañen y conviertan al país en un régimen comunista. Por el bien del país espero que sea la segunda opción. Julio Martínez Bucaramanga ¡YA NO MÁS! En realidad es triste admitir que Córdoba se convirtió en la escuela de corrupción del país. Como se pudo apreciar en la nota ‘Lo que faltaba’ de la revista SEMANA (edición n.° 1865), a los ya históricos problemas de violencia y paramilitarismo ahora se suman la falta de escrúpulos de los dirigentes políticos, que se roban la plata de los colombianos inventando cuanto cartel pueden. Estudiantes fantasma, hemofilia, síndrome de Down, sida y falta ver de cuántos más tendremos noticias en los próximos días. No contentos con eso, tíos, sobrinos, primos, esposas y hasta amigos de estos barones ya
están haciendo campaña para seguir desangrando al país y para repartirse el siguiente botín. Ya no más, Córdoba no aguanta un escándalo más; invito a los ciudadanos a ser más conscientes de su voto y a la Fiscalía y entes reguladores a que sean más eficaces, ya que las investigaciones comienzan cuando poco o nada se puede recuperar, y en este último caso ya desaparecieron 60 bultos de evidencia y muchos de los involucrados se repiten. Por último, le pido a la revista y al periodismo del país: continúen denunciando y haciendo públicos los casos de corrupción de Córdoba, sino de todas las regiones del país en donde los corruptos creen que están a salvo de la justicia. Carlos Suárez Medina Montería HÉROES DE VERDAD La historia de ‘No matarás’ de la edición n.°1865, en la revista SEMANA, es realmente
impactante. Es una historia de heroísmo que desgraciadamente muestra que, en algunas ocasiones, actuar de la manera correcta no representa una recompensa. Uno creería que actuar en defensa de la vida debería ser un motivo que otorgaría las mayores condecoraciones. Pero aquí, en Colombia, las cosas no son así. Los integrantes del grupo Atila 1 quedaron por fuera del Ejército por no participar en los mal llamados falsos positivos. Ahora estas personas, que para mí son verdaderos héroes, no cuentan con un empleo estable y ocasionalmente se ganan la vida como obreros, coteros o vendedores de fruta. Esperemos que en este caso se haga justicia y que los miembros del grupo Atila 1 puedan recobrar su honor y mejorar su nivel de vida. Sin embargo, el caso me deja preguntas que me gustaría hacer públicas: ¿cuántos casos más habrá de personas que actuaron bien y terminaron por fuera del Ejército? y ¿cuántos que vivieron a costa de hacer las cosas mal, de ser corruptos, de matar inocentes todavía siguen ocupando mandos medios o altos?, ¿cuántos utilizan su poder para que no se sepa la verdad? Marcela Reyes Bogotá MIOPÍA POLÍTICA Se acercan las elecciones y los periodistas y analistas continúan en su empeño en dividir la política colombiana entre los candidatos de izquierda y de derecha. Una forma simplista de entender el complejo mundo político del país y que muestra la falta de un conocimiento idóneo sobre el asunto por parte de los expertos que se dedican al tema. O por lo menos eso se infiere de la columna ‘Girondinos y jacobinos’ de Nicolás Uribe Rueda (SEMANA n.º 1865) . Él, sin mayor análisis, mete en el saco de la “izquierda variopinta” a Petro, a Clara López, a De la Calle, a Robledo, y hasta a Claudia López y a Fajardo. El señor Uribe confunde dos cosas: las alianzas políticas y los planteamientos ideológicos de los políticos. Hacer alianzas no significa afinidad ideológica; en ese sentido uno no puede tildar a Fajardo o a Claudia López de representantes de la izquierda porque se aliaron con Robledo.

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