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"Quién creyera que ser magistrado de la Corte Suprema en Colombia comportara esas experiencias" Lucio Gónzalez B. Girardot

7 de marzo de 2009

Orgulloso suscriptor

Una vez más me siento orgulloso de ser suscriptor de la revista SEMANA. Dar a conocer las atrocidades cometidas por el DAS en las ediciones #1399 y #1400 son una prueba de su compromiso con el pueblo colombiano. No se hizo esperar la respuesta del gobierno para quien no esté de acuerdo con sus políticas para tildarlo de apátrida. Que vivan los apátridas, porque gracias a ellos lograremos una Colombia más justa, democrática y respetuosa de los derechos humanos.

Elverth Marín
Bogotá

Ojo vigilante

En relación con el artículo plausible ‘El DAS sigue grabando’ (edición #1399), se ha pervertido la función técnica y especializada del DAS, incluyéndole tinte político en sus investigaciones de inteligencia y contrainteligencia para proteger el gobierno del presidente Uribe y su política de seguridad democrática que resulta mendaz con los falsos positivos. Aun más peligroso es la muestra de totalitarismo y abuso de poder por parte del Estado contra sus administrados o ciudadanos con interceptaciones telefónicas, correos electrónicos y seguimientos a sus ‘blancos legítimos’ como consecuencia de expresar su pensamiento; todo esto me recuerda que el poder tiende a desbordarse y la teoría de George Orwell (1984) del ojo vigilante y amar al ‘Gran Hermano’ debido a que los disidentes serían considerados como delincuentes.
Asevero que no debe acabarse el DAS y empezar inmediatamente la acción penal para encontrar los responsables.

José Joaquín Tarquino Acosta
Bogotá

Grande y progresista

La revista SEMANA (edición #1400) se ha mostrado como una muralla de contención en este desbordamiento antidemocrático que nos ha traído el gobierno. Mis felicitaciones, no es posible que el país siga cayendo tan bajo y se sumerja en todo este lodo que ya nos ahoga. Es hora de la democracia. De frente contra el muro de la infamia, necesitamos respirar, vivir, salir hacia un país verdaderamente grande y progresista.

Alejandro Camelo
Bogotá

De Luis Carlos Restrepo

En artículo publicado por SEMANA el pasado primero de marzo, titulado ‘Asedio a la Corte Suprema’, reseñan ustedes con sorpresa que haya pedido a la Comisión de Acusaciones de la Cámara, el 27 de junio de 2008, que se investigue lo dicho en informes de prensa –entre ellos el de SEMANA– sobre supuestos nexos de altos magistrados con personas investigadas por delitos penales. Igualmente, las declaraciones públicas del señor Salvatore Mancuso, relacionadas con dicho tema.

Me preocupa que se muestre mi actitud como parte de un “complot” contra la Corte. No debe sorprender que haya pedido a la autoridad competente que adelante dicha investigación (soportada en 88 folios y un CD), pues es mi obligación como ciudadano y funcionario canalizar cualquier denuncia ante el juez natural de personas aforadas, como son los miembros de la Corte Suprema de Justicia. Es beneficioso para la democracia que dichas denuncias no queden como rumores de prensa, de tal manera que los mismos acusados tengan la oportunidad de defenderse, para que se imponga la verdad.

Espero, por demás, que dicho proceso no se dilate en el tiempo, por bien de la justicia y el país.

Luis Carlos Restrepo Ramírez,
Alto comisionado para la Paz, Bogotá

Derrumba los principios

Me he enterado por SEMANA, (edición #1398) de la publicación el próximo mes de marzo del libro Manual de Ateología en el que personajes como Héctor Abad, María Jimena Duzán, Alejandro Gaviria, Álvarez Gardeazábal, Florence Thomas, Felipe Zuleta y De la Calle Lombana, explicarán las razones por las cuales niegan la existencia de Dios. Qué ironía pensar que los que Dios confirió el privilegio de comunicar con versatilidad, son los que buscan otra causa a su dádiva innata.

El ateo tiene que ser materialista dialéctico, su ateísmo ha de ser científico y esto no es posible si no ha estudiado la filosofía materialista, asignatura que no enseña ninguna entidad educativa... ni siquiera lo hicieron los gobiernos comunistas. Casi la totalidad de estos escritores, que además se encuentran haciendo política, simplemente expresan criterios y conceptos anticlericales y antigobiernistas… Y es que la autodenominación ‘ateo’ suena más controversial que ‘anticlerical’. Los que más polarizan son los que tienen más audiencia, aquellos prefieren sacrificar y renunciar a la credibilidad –el valor más preciado en un comunicador–, con tal de ser protagonistas.
En nuestra querida y sufrida Colombia, ávida de recibir literatura que la conduzca a recuperar los valores y necesitada de claustros familiares y empresariales donde se reconstruya la ética, el libro Manual de Ateología no será bienvenido. No aporta, golpea la fe y derrumba los principios. ¡Gracias a Dios… sí existes!

Luis Fernando Villa Echeverría
Medellín

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