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"Los paralelos entre los dos personajes son impresionantes. Pero también las diferencias" Camilo Hernández, Manizales

18 de abril de 2009

El hilo común
Con respecto a los artículos sobre la gloria y la caída de Fujimori y el de su paralelo con Uribe (edición #1406), he de decir que al margen de muy pequeñas diferencias, la realidad monda y lironda es que existe un hilo común que los define e identifica, a saber: la ambición desmedida por el poder, la cual arrastró al peruano y sigue?arrastrando?al?colombiano a una verdadera vorágine de?ilegalismos, actos faltos de ética y pérdida del sentido de?la decencia, conductas que, sustentadas?y cabalgando?en una rampante corrupción,?en últimas y como atinadamente lo dice María Jimena Duzán,?están dando al traste con la institucionalidad de nuestro país. Es este el verdadero ‘legado’ para la posteridad dejado por Uribe a Colombia.?

Óscar Villada Martínez
Manizales

El contraste
‘¿El efecto espejo?’, SEMANA #1406, aunque presenta algunos puntos de coincidencia entre los gobiernos del presidente Uribe y el dictador Fujimori, deja de lado algo trascendente, como es la defensa de los valores democráticos, de la Constitución y de las instituciones, por parte de nuestro Presidente, en contraste con lo actuado por Fujimori, quien pisoteó los más sagrados derechos de la democracia peruana, así hubiese obtenido logros de valía para el país.  

Antonio José Marulanda Rojas
Cali

Por la reconciliación
Leí con mucho detenimiento el artículo ‘¿Momento de hablar de paz?’, de su edición #1405. Valoro especialmente la visibilización que hacen de algunas iniciativas que existen en el país, en pro de la paz y la reconciliación. Sin embargo, considero que no es acertado concluir en el subtítulo, que todas estas iniciativas centran su motivación solo en “… construir agendas para una solución política negociada…”. Particularmente, los “amigos de Sainville” no tienen esa orientación particular y específica. Resulta limitado ser identificados sólo desde ese enfoque. En cambio, nos vemos identificados con la descripción que hacen en el párrafo correspondiente a nuestra iniciativa. Efectivamente, se trata de construir una propuesta de acuerdos mínimos fundamentales, sobre la reconciliación social y política que necesita Colombia. Acuerdos tan fundamentales que puedan ser asumidos por todos los actores nacionales.  
 
+ Nel Beltrán Santamaría, obispo  
Sincelejo

Propuesta altruista
En la edición #1404 de SEMANA fui, una vez más, blanco de ataques por parte del senador Rodrigo Lara Restrepo, personaje que se ha dado a la tarea de enlodar mi nombre.

Con cierta habilidad discursiva trata de hacerme parecer como un delincuente por haber participado en una fundación que entonces era una obra de caridad impulsada por destacados miembros de la Iglesia Católica: Medellín sin Tugurios. Con dolosa intención me “acusa” de ser el fundador de esa corporación, hecho que además no es cierto, y pretende mostrar como si yo hubiera participado de una actividad criminal.
?No fui su fundador. Fueron varios sacerdotes de la Iglesia Católica, a la que pertenezco, los que me invitaron a participar en esta propuesta altruista, ya que lo que se pretendía era mejorar las condiciones de muchas familias que vivían en el basurero de Medellín.
A esa causa me vinculé gracias a la cercanía de mi tío monseñor Luis Carlos Ángel, hombre santo q.e.p.d, quien fue el brazo derecho del extinto cardenal Alfonso López Trujillo; propósito éste, financiado inicialmente por una ONG holandesa, en el que trabajamos en compañía de muchos paisas ilustres durante varios años.

No puede este senador mañosamente tratar de incriminarme porque en esa fundación participó el señor Pablo Escobar, quien además se la fue tomando al hacer grandes aportes, lo que generó que todos nos fuéramos retirando de esta noble empresa. Ni puede intentar culparme porque ese famoso personaje terminó posteriormente convirtiéndose en el peor criminal de Colombia, cuya? imagen estigmatizó y destruyó el futuro de tan bella obra.

Lo que sí creo que debiera preocupar a los medios es que el señor Lara Restrepo, que ya confesó públicamente que siendo el zar anticorrupción se enriqueció ilícitamente recibiendo dinero proveniente del robo a los pensionados de Cajanal, hecho por el cual hasta el día de hoy no se ha pronunciado la justicia para hacerle pagar por estos graves delitos. Y no deja de sorprender la pasividad de los medios de comunicación ante estas graves denuncias, ya que esta situación de corrupción política es en buena parte lo que tiene a nuestro país en malas condiciones sociales. Si en Colombia se combatiera con ahínco la corrupción, tal vez se necesitaría menos de la caridad para resolver los graves problemas sociales que tenemos.
Juan Gonzalo Ángel Restrepo
Bogotá

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