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2 de mayo de 2009

Que lo diga
Dice Daniel Coronell en su columna 'El principio delfín' (Edición #1408): "Ya hay un hecho innegable: Tomás y Jerónimo Uribe se han enriquecido". Y deja a la imaginación del lector que interprete ese hecho. Como lectores serios de su revista esperamos que Coronell nos diga si el enriquecimiento de los hijos del Presidente es lícito o no. No nos gusta que se juegue con la connotación emotiva del concepto 'enriquecimiento' en un país escindido por el odio de clases, las fortunas mal habidas, la corrupción.

El hecho de que Datexco diga que el 47,8 por ciento le cree a los hijos del Presidente y el 21,8 por ciento al periodista, es muy diciente en el sentido de que la 'credibilidad' de un periodista de renombre no es cuestionada por otra 'opinión', sino por un procedimiento objetivo y abre un arbitraje civilizado para acusaciones sin fundamento jurídico; por lo que verdad probada' y 'recovecos técnicos', como dice Coronell, no son contraargumentos, sino presunciones de lo que debe demostrar. Por otra parte, cuando Coronell dice: "seguirán enriqueciéndose por cuenta de decisiones de funcionarios, entre ellos algunos subalternos directos de su padre", no sabemos si hace de síquico del periodismo o está pensando con el deseo.

En este caso, cuando una opinión entra en conflicto con pruebas o argumentos presentados por la contraparte, y se mantiene, sin justificación legal alguna, cae en el ridículo quien se mantenga en semejante polémica; sólo a quien no le importe tener o no tener credibilidad se le justificaría semejante conducta. Con la opinión de Coronell, expresada en la columna que comentamos, no se enfrenta a los hijos del Presidente, sino a lo que es normal o razonable: es lícito enriquecerse, si se hace de manera honesta y legal. Coronell se enfrenta a la opinión de los lectores, no a Uribe.

Pedro Aja Castaño
Barranquilla

Lobería gótica
En las denuncias que viene sacando a la luz pública el periodista Daniel Coronell, no sorprende que ni siquiera el 22 por ciento de los colombianos crea en ellas, por muy bien fundamentadas que sean. La firma encuestadora, por supuesto, no pregunta a los incrédulos si leyeron las denuncias de Coronell, o si opinan a favor de los hijos del Presidente porque simplemente son los hijos de su padre. Si nada de eso sorprende ni debe sorprender, cuando el país está en éxtasis reeleccionista, sí sorprende el artículo 'Tomás responde'.

No debe sorprender el alto nivel técnico-jurídico de la contestación, que debió pasar al menos por cinco bufetes de abogados antes de ser enviado a SEMANA sino sorprende, en forma inclasificable, el colofón en que se cita al doctor Eduardo Santos. Es una frase del 8 de agosto de 1950 -inocua como argumentación jurídica-, pero que tiene la curiosidad de haber sido redactada el día remoto en que el ex presidente liberal apuraba la agria subida de Laureano Gómez al poder. No creo en que la intención del memorialista de Palacio fuera recordarnos esa hora aciaga.

Al país no debe sorprender que los delfines sepan si ellos saben qué pasó en esos años, pero sí debe sorprender que su papá les contrate sus buenos abogados a sus hijos negociantes traviesos, para que a lo último intervenga un historiador improvisado. O ¿es que, inconscientemente, por un acto fallido de Casandras áulicas, esa mano invisible nos presagia otro 8 de agosto de 1950 y sus negras consecuencias? O ¿es que el nuevo estilo de Palacio es sazonar las defensas jurídicas de jugosos negocios con episodios imborrables de nuestro amedrentador medioevo? Si es esto o aquello, entonces ahora y al cabo, al fin finalmente, no hay nada de que sorprenderse: entramos de lleno a la era de la 'lobería gótica'.

Juan Guillermo Gómez García
Medellín

Pluma peligrosa
 Dice Daniel Coronell (SEMANA #1408) que los hijos de Uribe rehuyeron el debate. ¿Cómo se puede aceptar un debate con alguien que está dispuesto a mostrar aun con difamaciones, con pruebas que pueden ser falsas, apoyadas por todo un concierto de gente que busca los mismos funestos fines? ¿Que quiere a toda costa insinuar que sus atacados no son inocentes, así esa sea la realidad? ¿Cómo defenderse si el propósito es que deben aparecer como mentirosos y como culpables ante el mundo porque están condenados sin pruebas, sin testigos y contra la evidencia? ¿Cómo debatir con quien tiene en su mano una pluma dispuesta a destruir, más peligrosa que las balas?

Elvirita Moreno
Bogotá

Una importante vía
Sobre el artículo Tomás responde', (SEMANA #1408), me permito manifestar que no conozco a los señores Tomás y Jerónimo Uribe Moreno. Lo que sí me consta, en mi condición de contralor delegado para infraestructura de la Contraloría General de la República, entre los años 2003 y 2006, es el conocimiento que tuve de la concesión Fontibón-Facatativá-Los Alpes, a través de las auditorías integrales al Invías y al Inco, que analicé y liberé, y la cantidad de problemas que ha tenido este proyecto durante de sus ya largos años, concebido en su conjunto como de doble calzada, que ojalá culmine satisfactoriamente para bien de los usuarios de tan importante vía.

Por lo mismo estoy en capacidad de afirmar que los citados señores, en nada han influido en la definición de factores inherentes a la concesión en cuestión.

Antonio José Marulanda Rojas
Bogotá

No sólo casta...
Resulta plausible que ese prestigioso medio albergue en su seno las diferentes corrientes del pensamiento nacional, pero inusitada, para decir lo menos, la posición de su columnista Alfredo Rangel en su insostenible defensa que del adefesio ético imputado a los hijos del presidente Uribe pretende hacer en su columna de opinión 'Sobrados de paranoia', publicada en la edición #1408, del cual sólo nos falta saber quiénes son los socios y directivos de la empresa Panameña Achlys Investmen Corporation, aportante de los 10.000.000 de dólares con que se nutrieron la Sociedad Residuos Ecoeficiencia.

El país asiste durante las administraciones del presidente Uribe al más triste y aberrante espectáculo donde priman el descaro, el cinismo y la prepotencia, por lo cual no nos cabe duda la gestión directa -asistiendo a una reunión en el Ministerio de Transporte, sin intervenir- o disfrazada -excluyéndose voluntariamente mientras se tramitaba la licencia- de los hijos del Presidente en el trámite de las licencias y adquisiciones que supone el montaje de una Zona Franca, otorgadas estas últimas por un consejo interinstitucional integrado nada menos que por ministros y altos funcionarios del gobierno nacional, designados directa o indirectamente por el Presidente, y en la decisión de realizar obras billonarias de una doble calzada que beneficia directamente a la tal Zona Franca y los predios de la familia de Palacio.

Sobre la ética de los gobernantes, nos enseñan los romanos desde la antigüedad que "la mujer del Cesar no sólo debe ser casta, sino parecerlo": de allí la exigencia legal vigente en casi la totalidad de las naciones de imponer a los gobernantes registren su última declaración de renta, como acaba de hacerlo la familia Obama en Estados Unidos.

Ello, por cuanto cualquier enriquecimiento subrepticio durante el ejercicio del poder se presume fruto de conductas antiéticas. Y al respecto, ¿cómo podrían los 'pelaos' Uribe Moreno justificar el paso de pequeños empresarios al frente de una pyme que ostentaban hace cinco años a la calidad de empresarios multimillonarios que hoy se ha puesto de manifiesto?

Ernesto de la Espriella Vargas
Cartagena

El verdadero valor
Esto es lo más grave que le puede suceder a una revista del prestigio de SEMANA. Comencé a leerla y me dio asco el artículo de Coronell y el de la señora Duzán, de abril 27. Voté por Uribe, pero no lo vuelvo a hacer, especialmente por el manejo desacertado, entre otros, de la política petrolera de la gasolina. Por fortuna qué alivio, encontrar el artículo de opinión de Alfredo Rangel. Ese es el verdadero valor periodístico: 'Sobrados de paranoia'.

Henry Williams
Bogotá

De César Julio Valencia
Con todo respeto le ruego informar a los lectores que no coincide con la realidad el comentario aparecido en el artículo '¿Por qué no se deciden?" (SEMANA #1408), según el cual el suscrito haría parte de un bloque de magistrados que por tener "posiciones más fuertes frente a la casa de Nariño" estarían interesados en convertir al presidente de la corporación a uno de los distinguidos colegas, en mi caso personal, además porque tengo "un pleito abierto con el presidente Uribe".

No he hecho acuerdo alguno con ninguno de los magistrados para expresar mi voto por uno u otro candidato a presidente de la Corte, ni integro bloques para propiciar el sentido de la decisión, los que además tampoco existen en el seno de la corporación. Adicionalmente, le informo que no he podido participar en la totalidad de las plenarias de la Corte en las que se ha debatido la elección de nuevo presidente, por problemas de salud recientes.

Mis decisiones como magistrado de la Corte Suprema de Justicia las ejerzo desprovisto de consideraciones personales y dentro del estricto marco de mis deberes legales, por lo que le ruego advertir que no corresponde a la verdad que en el desempeño de mis responsabilidades públicas pueda tener injerencia la denuncia penal que por injuria y calumnia formulara en mi contra el señor presidente Uribe en la comisión de acusaciones de la Cámara de Representantes, despacho ante el cual he ejercido separadamente mi defensa, como es de conocimiento público.

César Julio Valencia Copete, Magistrado de la Corte Suprema de Justicia
Bogotá
 
Como Cesaire
El artículo de Antonio Caballero sobre los piratas de Somalia (SEMANA #1407) me hace pensar en Aime Cesaire y su Discurso sobre el colonialismo: "…y de revelar al muy distinguido, muy humanista, muy cristiano burgués del siglo XX que lleva en él un Hitler que se ignora… que en el fondo, lo que él no perdona a Hitler, no es el crimen en sí, el crimen contra el hombre, no es la humillación del hombre en sí, es el crimen contra el hombre blanco, es la humillación del hombre blanco, y de haber aplicado a Europa métodos colonialistas que no se referían hasta ahora que a los árabes de Argelia, a los coolies de la India y a los negros de África....".

Jacinto Lopera
Bogotá

Portada descuadrada
Les cuento que cuando llegué a la portería a recoger mi SEMANA (edición #1408), me sorprendió ver un diseño y diagramación de portada tan espectaculares, a mi parecer haber abolido el recuadro en el que van las fotos y haber ocupado toda la página le imprimió dinamismo y modernidad que incluso parece que la revista fuera una publicación exterior... Muy buena por esa... Lástima que el diseño de portada tradicional haga parte de la imagen de la revista, pero los cambios no son malos cuando ellos implican una notable mejoría... felicitaciones.

Wilinton Goenaga Grandet
Bogotá

Una ley innovadora
Al referirse al titular 'Los Presidentes con hijos naturales' de SEMANA #1408, un lector manifiesta que "la odiosa definición que de hijo natural dio la ley 45 de 1936, fue derogada por la ley 29 de 1982", dejando la sensación de que la Ley del 36 fue una afrenta contra los hijos extramatrimoniales.

Compete, entonces, en justicia referirme a la enorme transformación que trajo la Ley 45 del 36, cuyo autor fue Gustavo A. Valbuena, sobre este punto de la filiación. Situándonos en la época de la 'revolución en marcha', era inexplicable cómo durante muchos lustros, al hijo nacido fuera del matrimonio no sólo se le recibiera a la vida con epítetos infamantes como si fuera culpable, sino que no se le permitiera probar su procedencia. Más aun: si el presunto padre confesaba bajo juramento que creía serlo, era obligado a suministrarle alimentos al hijo, "pero sólo cuanto fueren necesarios para su precisa subsistencia", es decir, para que no pereciera por inanición. Tampoco tenían representación legal. Por tanto, si alguna vez eran titulares de algún derecho antes de ser mayores, no había quien lo hiciera efectivo. ¿Y qué decir de la sucesión de su padre? Ninguna participación.

Contra tanta iniquidad, Valbuena formuló el proyecto tendiente a restablecer el imperio de la justicia, y su exposición de motivos. Se constituyó una gran comisión entre legisladores y Corte Suprema de Justicia en pleno a la cual asistió el autor del proyecto. De allí salió, con las reformas aconsejables para asegurar su triunfo y con la categoría de institución de la República, la Ley 45 de 1936.

La obra explicativa de la ley Derecho de los hijos naturales (Talleres mundo al día, 1936), comenta artículo por artículo, las transformaciones que introdujo, en esa época, la ley para beneficio de los hijos habidos fuera del matrimonio, obra que fue mirada con interés por propios y extraños.

Gustavo Valbuena Espejo
Bogotá
 
Jocosa pero fiel
Permítanme felicitar a Daniel Samper por su excelente columna 'Ser ministro de Uribe'. Definitivamente, hace una jocosa pero fiel radiografía de una parte del modo uribista de concebir el poder. Créanme: me reí a más no poder. Si bien leo siempre sus columnas, y las de María Jimena, y las del valiente Daniel Coronell, y las de Antonio Caballero, y las de Alfredo Rangel, 'Ser ministro de Uribe' me causó una especial hilaridad. Lo sigo leyendo.

Mario De Castro
Cali
 
Los padres con las hijas
Muy interesante, aunque algo amarillista y aterrador, el artículo que se titula 'La hija del monstruo'. (SEMANA #xxxx En mi departamento, Antioquia, hay zonas donde esta práctica de los padres de 'usar' a las hijas de pareja sexual es común y muy peligrosa desde el punto de vista genético, generando endogamia y enfermedades genéticas que se perciben a simple vista. Teníamos una finca en la vereda La Mosquita, municipio de Guarne, a las goteras de Medellín, donde oí hablar de esta práctica como algo casi natural, que me dejó horrorizada. Es triste decirlo, pero entre los campesinos colombianos y gentes de baja cultura de las ciudades, esta es una práctica normal y podemos decir que tenemos millones de monstruos de Amstetten regados por la geografía colombiana. Simplemente es una realidad más de la leyenda nacional: el incesto. En las escuelas rurales se debería imponer alguna asignatura que permitiera salvaguardar el derecho de las niñas a ser respetadas sexualmente en su mismo núcleo familiar.

Ángela María Pérez Moreno
Palma de Mallorca (España)


Los semáforos y los pobres
Siempre leo a Daniel Samper y me encanta su estilo. Pero he encontrado algo que no está ajustado a la realidad en su columna de la edición #1408. Advierto que soy miraísta. En la columna se afirma que la doctora Gloria Díaz, representante a la Cámara del movimiento Mira, propuso sanción a los que ayudaran a los necesitados de los semáforos dentro de la iniciativa de modificación al Código de Tránsito. Esto no es cierto, esta iniciativa fue modificada por otro representante de otro partido. Mira rechazó y votó negativamente esta modificación y pidió al Ejecutivo se objetara esta parte, cosa que sucedió y se aprobó la ley sin este esperpento. Solicito se aclare esta información. Por otro lado, felicitaciones.

Nyelo Martínez
Bogotá

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