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5 de septiembre de 2009

Qué tan sencillo sería
Me parece que su titular de portada de la revista #1426, de esta semana, debería matizarse un poco. ¿Uribe tiene la razón? Más bien tiene su razón o nuestra razón, que no es la de los demás países, por supuesto. A mí me parecen lícitas las observaciones de varios países del subcontinente: ¿Cómo es posible que una Nación con el ejército más grande, mejor entrenado y con el mayor presupuesto de Suramérica no haya podido resolver un conflicto que va para 50 años? ¡50 años! Todo porque una pequeña minoría no quiere renunciar a algunos de sus privilegios, ¡algunos!, no todos. ¡Qué tan sencillo sería con un poco de sentido común y voluntad política! Que encarcelen a quien haya qué encarcelar, o lo juzguen o indulten, o lo que sea, ¡pero que acaben con esa guerra!
Que los guerrilleros (o terroristas, según su nuevo léxico) atraviesen las fronteras no es responsabilidad ni de Brasil, Ecuador o Venezuela. Es muestra de la ineptitud de un Ejército que se beneficia del estado de guerra y no hace su trabajo con honestidad, digamos la verdad. Es responsabilidad de un grupo social cada vez más reducido que saca beneficio de un estado permanente de conflicto interior que se presta para sus manejos, sus negocios y que utiliza los recursos del Estado y sus armas en beneficio propio.
 
Y conste que ni siquiera toco el tema de las ‘causas objetivas’ de la guerra que se utilizan como pretexto para no dialogar. Pienso que debemos ser más pragmáticos, abrir espacios para resolver varios asuntos una vez se acabe el conflicto. Pero sí hay unas reformas elementales, inaplazables... ¡No hay derecho!

Álvaro Botero Cadavid
Bogotá

El Presidente fue claro
El titular de SEMANA #1426, ‘Colombia aislada’, no refleja la realidad de la cumbre de Bariloche, y por el contrario conduce a una desinformación de lo que en verdad allí aconteció. El presidente Uribe fue claro en la explicación relacionada con la cooperación de Estados Unidos, orientada al combate de la subversión y el narcotráfico, conforme lo entendieron la mayoría de los jefes de Estado participantes. Si algunos obstinadamente se empeñan en mostrar una imagen desfigurada, lo hacen por populismo barato, y al final resultan haciendo el ridículo ante la comunidad internacional.

El documento final, al no condenar a Colombia, es una aceptación de la decisión tomada por nuestro gobierno y, lejos de aislarnos, nos coloca en una posición acorde con lo que los gobiernos de bien esperan de Colombia.

Antonio José Marulanda Rojas
Bogotá

Con gallardía e inteligencia
No estoy de acuerdo con el artículo de su revista en la que con un enorme titular dicen que a nuestro país no le fue bien en Unasur. ¡Todo lo contrario! El presidente Uribe como nuestro representante enfrentó con gallardía e inteligencia y sobre todo con hechos y pruebas reales, a los mismos resentidos de siempre, (Chávez, Correa y Evo), desmontando hábilmente sus maquinadas mentiras; y demostró cómo Colombia tiene toda la razón al pretender defenderse y acabar a los terroristas de las Farc, que tanto daño han causado a nuestro pueblo apoyados por ese lujo de vecinos.
 
Es tan escasa la preparación de esos personajes que se limitaron a descalificar con adjetivos a nuestro Presidente, demostrando realmente lo que ellos son: demagogos resentidos y corruptos sin educación y sin clase, tanto es así que tienen terror de que Estados Unidos los saque a patadas de sus países como hicieron con Noriega.
Ana Cristina Gutiérrez D.
Bogotá

La maldita ambición
Leer su artículo ‘El carrusel de la alegría’ (edición #1426), me hace decir que produce mucha tristeza saber que intelectuales, columnistas de prensa y demás publicaciones claman con toda razón para que no haya reelección presidencial, porque en nuestro caso sería burlarse de la Constitución y por ende acabar con la democracia en nuestro país.
 
Los promotores del referendo y demás, también son muy inteligentes, y por consiguiente saben muy bien la mala acción que están cometiendo, pero la maldita ambición de poder, así sea cualquier migaja que les den como limosna, los hace obrar de esa manera, claro, llevando al doctor Álvaro Uribe a engrosar, a futuro, el pool de dictadores elegidos que rodea su vecindario.

Anìbal Camelo Leaño
Bogotá

Leyendas del jazz
N. de la R. Por una confusión en los nombres, en la edición pasada se publicó en la sección de Cultura un artículo en el que se aseguraba que uno de los invitados al Festival de Jazz del Teatro Libre era el contrabajista Ron Carter, uno de los insignes acompañantes de Miles Davis en los años 60. Sin embargo, quien viene al festival es Ronald Carter, uno de los maestros de jazz más importantes en Estados Unidos y trompetista del Liberace Jazztet, quien se presentará el 12 de septiembre durante el Festival. Presentamos excusas por la confusión.

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