Cartas

Desafueros militares

En relación con el informe periodístico principal de SEMANA (edición #1467) ‘El caso Plazas Vega’, considero que nadie está poniendo en juicio la institucionalidad de las Fuerzas Militares ni de la Policía Nacional de?Colombia, y mucho menos su prestigio y profesionalismo. Pero es verdad que se cometen desafueros, y estas situaciones se presentan en todas las profesiones, actividades y oficios. En el caso del coronel Plazas Vega, la justicia lo está castigando por el delito de desaparición forzada de 11 civiles durante los hechos del Palacio de Justicia. Y lo peor en este desafuero militar es que en aras de cumplir el deber se presentó otra situación gravísima como lo fue la muerte de esas personas tal y como también ha ocurrido en los casos de los ‘falsos positivos’. Este proceso, en lugar de perjudicar a todo el estamento de las Fuerzas Militares y de la Policía Nacional, los beneficia debido a que les pone a todos sus integrantes de presente que en el marco de sus deberes y obligaciones no pueden desaparecer, torturar, ni asesinar personas.

Jorge Enrique Giraldo Acevedo
Santa Marta


Condena a un inocente

Si Amnistía Internacional y la ONU exigen respeto a los derechos humanos, lo deben hacer no solo para una sino para todas las personas. Y lo primero que deben exigir es que en los juicios y procesos penales las pruebas sean concretas y que además haya varios honestos, no un solo mentiroso que desaparece, que cambia de nombre, que se contradice y que es criminal.
En el caso de Plazas Vega, se debe mostrar por lo menos una prueba de desaparecidos, que les hagan una prueba de ADN a los restos que fueron encontrados. Además, se debe respetar la ley que manda juzgar según las leyes del momento en que se cometió el delito y no las de cinco lustros después. Nada de esto se ha hecho en el caso del coronel. Él es una víctima inocente, un chivo expiatorio. Condenarlo es un crimen de lesa humanidad.

Pedro Sánchez
Medellín

 
Amnistía para todos

Solo con una amnistía para los militares acusados por el holocausto del Palacio de Justicia en Colombia se cerrarán las heridas del país. El fallo contra el coronel Plazas Vega está afectando profundamente a Colombia por la injusticia, la crueldad y la inhumanidad contra el coronel Plazas. Mientras los terroristas de entonces ocupan puestos de mando y son candidatos a la Presidencia, los hombres de bien son condenados. ¡Qué justicia más injusta! El día que los ex militantes del M-19 en lugar de pedir cabezas de militares pidan también para ellos perdón, el país entrará en reconciliación.

Karl Roth
Bogotá


Caballero y El Dorado

Seguramente muchos colombianos como yo se habrán sentido tristes con la retorcida caricatura de Antonio Caballero sobre El Dorado que aparece en la edición #1467 de SEMANA. El que los conquistadores españoles hayan masacrado a nuestros ancestros indígenas no invalida en el imaginario colectivo el esplendor que en principio El Dorado representó y desde entonces sigue haciéndolo?como símbolo de una tierra fértil, hermosa, edénica. Todo paraíso tiene su serpiente, al hombre, pero no por eso tenemos que decir que es infame recordar el paraíso en sí. Es una lástima que lo ideológico siempre esté envenenándolo todo últimamente.

Gilma Zapata de Estrada
Envigado


Una idea

A propósito de la discusión planteada sobre el nombre del aeropuerto, quiero proponer la siguiente idea. Mantener el nombre del Aeropuerto Internacional El Dorado para la terminal internacional y utilizar el nombre Luis Carlos Galán para la terminal nacional que se va a construir. Esto tiene sentido por el reconocimiento que tiene el nombre El Dorado en el exterior y el significado del de Galán en el país. Bastaría con llevar esta modificación al Congreso y con ello se lograría, al mismo tiempo, mantener el espíritu de la ley que le cambia el nombre al aeropuerto y preservar el patrimonio de los colombianos como es la denominación El Dorado. Ojalá el gobierno o algún congresista pudiera liderar esta iniciativa.

Camilo Martínez Ávila
Bogotá


Dato equivocado

Quería felicitarlos por los perfiles críticos de Antanas Mockus y Juan Manuel Santos que escribieron en la última edición. Ya sobre los dos candidatos se ha hablado bastante, pero nos dieron ustedes un buen material de lectura. Todo esto para decirles que hay un error en el artículo de Mockus:Winston Churchill no se refería a su depresión como “my black sheep” (mi oveja negra) sino como “my black dog” (mi perro negro).

Carlos Alfonso Restrepo
Bogotá