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"Mariana Pajón representa el ideal de la mujer colombiana, fuerte y decidida pero tierna y dulce". José Fabián Hoyos, Cali.

18 de agosto de 2012

Sacaron la cara

Con el informe especial ‘Olímpicos 2012: ¡Qué orgullo para Colombia!’ y la portada de la Revista SEMANA (edición n°. 1580), se hizo el mejor homenaje periodístico a la participación de los deportistas que representaron al país en la más importante justa atlética, los recientes Juegos Olímpicos de Londres. Si nos atenemos a los registros periodísticos sobre el lugar de nacimiento de los ocho deportistas que ganaron igual número de medallas en representación de Colombia, allí están cinco representantes de Antioquia, (Mariana Pajón, Rigoberto Urán, Oscar Figueroa, Catherine Ibargüen y Carlos Mario Oquendo); dos del Valle (Yuri Alvear y Jackeline Rentería) y uno del Magdalena (Óscar Múñoz). Es decir, por regiones colombianas la supremacía ganadora en preseas estuvo a cargo de los deportistas antioqueños y como bien lo destaca SEMANA en forma categórica, “Mariana Pajón y los otros siete héroes del deporte sorprendieron y llenaron de felicidad a los colombianos”.

Jorg se Giraldo Acevedo
Santa Marta


Absurdamente sacrificada

Al leer el artículo-denuncia ‘La ley del embudo’ (edición n°. 1579), sentí ‘dolor de Patria’ y ‘vergüenza ajena’, al igual que ante la interesada e indigna posición de la Corte Suprema de Justicia frente a la recientemente frustrada reforma a la Justicia, que establecía impunidad para los congresistas y prebendas para sus magistrados, y lamenté y eché de menos como nunca la muy digna y respetada Sala Penal absurdamente sacrificada el 6 de noviembre de 1985 en la bárbara retoma del Palacio de Justicia, entonces integrada por juristas de una gran altura moral e intelectual, de los cuales los actuales magistrados solo son una caricaturesca sombra.

Mi primer y emotivo impulso fue denunciar penalmente al magistrado ponente de la ignominiosa providencia y a los que la aprobaron por compartirla o sin leerla, por el delito de ‘prevaricato agravado’ (artículos 413 y 415 del Código Penal), porque sin fundamento jurídico y con clara violación del artículo 13 de nuestra Constitución Política, que establece para todas las personas el derecho fundamental de “igualdad ante la ley”, resolvieron, sin vergüenza, no aplicar a los congresistas la vigente Ley 890 de 2004, decisión que la misma Sala Penal había rechazado reiteradamente en años anteriores por considerarla absurda, inequitativa e inconstitucional.

Pero al recordar que esos magistrados también son ‘aforados o privilegiados’, ‘inmunes e impunes’, y que por ello su ‘juez natural’ es la Comisión de Acusaciones de la Cámara de Representantes –merecidamente conocida como la “Comisión de Absoluciones”-, decidí más bien expresar mi indignado repudio a tan desvergonzadas actuaciones de la Sala Penal de la Corte a través de SEMANA, seguro de que en él me acompañan los jueces, abogados y ciudadanos de bien de Colombia. Es extraño que el señor procurador y la Corte Constitucional hayan guardado silencio frente a ellas.

Darío Arcila Arenas
Envigado


De Cerro Matoso

Hemos leído con detenimiento el artículo publicado en la edición de la Revista SEMANA n°. 1579, titulado ‘Mina rica, pueblo pobre’, en el que se hace referencia a la supuesta afectación de la salud de algunos exempleados de Cerro Matoso y miembros de las comunidades por causa del proceso minero industrial de la empresa, frente a lo que nos vemos en la obligación de hacer las siguientes precisiones:

A lo largo de su historia, Cerro Matoso ha operado con los más altos estándares de salud ocupacional a nivel mundial. Esa posición de liderazgo y vanguardia, respaldada por sólida evidencia médico científica, le da a la empresa la legitimidad para asegurar que no existe relación causa-efecto entre haber trabajado en la operación de Cerro Matoso y tener hoy problemas de salud.

El perfil epidemiológico de las comunidades vecinas a la operación de la empresa es el mismo que se puede encontrar en toda la región de la costa Norte colombiana, en donde la presencia de enfermedades infecciosas transmisibles son la patología más frecuente. La morbilidad registrada en esta población, es equivalente a la reportada para muchas otras comunidades del Departamento de Córdoba y del país, reflejada en infecciones respiratorias agudas, enfermedad diarréica aguda, parasitosis y piodermitis. Ninguna de estas patologías se relaciona con la exposición al níquel.

Un número importante de atenciones en salud le son otorgadas de manera gratuita a las comunidades vecinas a la planta de producción de Cerro Matoso por parte de la Fundación Panzenú, una de nuestras tres fundaciones dado su fácil acceso y funcionalidad al brindar atención 24 horas al día. En promedio, mensualmente se atienden entre 40 y 50 pacientes de estas comunidades, lo que equivale prácticamente a todas las atenciones de urgencias o prioritarias de las comunidades cercanas a la operación, razón por la que la morbilidad registrada por la Fundación Panzenú es un parámetro válido para conocer con nivel de detalle las condiciones de salud de esta población y poder establecer su similitud con las demás comunidades de la costa Norte colombiana.

Los estudios contratados por Cerro Matoso con la Universidad de Antioquia en los años 2006 y 2009 son claros al concluir que no se producen daños celulares, cromosómicos ni lesiones tóxicas en las células de los trabajadores como consecuencia de su exposición al ferroníquel.

No es cierto que el material particulado que emite la operación esté afectando a los pobladores de Unión Matoso (Pueblo Flechas). Los estudios de calidad de aire en la zona, soportados por auditorías internas y externas, y las revisiones hechas por las autoridades ambientales (Corporación Autónoma Regional de los Valles del Sinú y del San Jorge –CVS– y Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible) demuestran que las emisiones al aire de Cerro Matoso tienen un impacto mínimo en la calidad del aire de las comunidades vecinas. Así mismo, Cerro Matoso no contamina la quebrada Uré. Las mediciones realizadas, y verificadas por la Autoridad Ambiental (CVS), demuestran que la calidad del agua de la quebrada aguas abajo de su paso por la operación de Cerro Matoso es similar, y en ocasiones incluso mejor, que la de aguas arriba, debido al adecuado control y tratamiento que la c ompañía realiza de sus vertimientos de aguas residuales en embalses de sedimentación.

A los empleados se les informa, se les educa y se les protege de cualquier riesgo potencial de salud al cual puedan estar expuestos mientras están en Cerro Matoso. La Empresa ha convenido con el Sindicato de Trabajadores la realización de estudios de salud ocupacional, los cuales han sido desarrollados por entidades externas especializadas y avalados en el Comité Paritario de Salud Ocupacional de la Empresa.

Ricardo Escobar, presidente de Cerro Matoso S. A.
Bogotá

Informe aplazado

N. de la R. La redacción se permite aclarar que el Informe Especial ‘El Poder de las Regiones’, sobre los 20 años de la descentralización en Colombia, no sale publicado en esta edición. Saldrá el domingo 16 de septiembre del presente año.

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