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¿Cuántos personajes como este hay en el país?

27 de julio de 2013

Del ministro de Agricultura

Con ocasión de la publicación el pasado 22 de junio en su sección Confidenciales titulado ‘¿Qué pasó con el debate?’, sobre “el tema del modelo de desarrollo agrícola, particularmente en lo que se refiere a los baldíos”, cabe agregar lo siguiente:

Independientemente de la facultad que tiene el gobierno para objetar o no este texto, se considera que el proyecto de ley modifica exclusivamente los artículos 66 y 67 de la Ley 160 de 1994 y no altera las normas que permiten, entre otras, la adjudicación de baldíos a entidades de derecho público, fundaciones y asociaciones sin ánimo de lucro (capítulo XI) y menos aún las alusivas a las zonas de desarrollo empresarial (capítulo XII) consagradas en dicho estatuto.

Al mismo tiempo, es menester precisar que el gobierno ha realizado un seguimiento al trámite de dicho proyecto y que la inclusión de las modificaciones que haya sufrido el mismo y la oportunidad en que las mismas hayan sido presentadas, serán igualmente revisadas conforme a la competencia prevista en la Constitución, al momento de la sanción presidencial.

Francisco Estupiñán Heredia 
Ministro de Agricultura
Bogotá

UP: Segunda parte

A propósito de la UP, edición n.° 1628 de SEMANA. Buena por el Consejo de Estado al revivir la personería jurídica a la desvertebrada UP a sangre y fuego, se dice que por la derecha armada, pero qué tal si esos grandes hombres sacrificados obstaculizaban el ala guerrista de las Farc, eso es historia. Celebramos esta segunda edición de la UP que se abre como proyecto político amplio, con las garantías de protección de sus vida por parte y parte, direccione el rumbo del país más igualitario, libre de balas asesinas, de huérfanos, viudas y desplazados forzosos y se vuelva la mirada al campo como reivindicación del campesino y la despensa de la Nación. Un nuevo Congreso participativo más de cara a la Nación para el bien de todos los colombianos. 

Wilson Ruiz Mejía
Montería

Consecuencia y no causa

Me parece sesgado el análisis que la revista hace sobre el conflicto social en el Catatumbo (edición n.° 1627). Muy bien es sabido que los sucesivos gobiernos, con libreto ya repetido una y otra vez, minimizan las protestas argumentando infiltración de las mismas por los grupos al margen de la ley.

El grave conflicto social del Catatumbo, infiltrado o no, es tan viejo que no admite ese tipo de excusas anodinas que solo conllevan a un tratamiento equivocado y peligroso, que puede desembocar en un problema mucho más grave aún: el uso excesivo de la fuerza que agudizaría más el problema.

Y la revista remata con un artículo que lo único que analiza son las relaciones entre uno de los líderes de la protesta y las Farc. El secular abandono de esa y muchas regiones a lo largo y ancho del país por parte del gobierno rapaz, egoísta y centralista, existe desde mucho antes del surgimiento de los grupos subversivos. Es más, estos últimos son la consecuencia y no la causa.

Jorge Yanez Infante
Cúcuta

País amnésico
Reiteradamente se afirma que nuestro país es amnésico y muchos colombianos, en su afán de hacer oposición y de torpedear procesos como el que se adelanta en la Habana, padecen de esta enfermedad. 

El columnista León Valencia en su columna ‘Los nuevos escuderos de la justicia’ (SEMANA n.° 1616) se refiere a los críticas que el expresidente Uribe y muchos de sus seguidores dirigen permanente contra el proceso de paz de La Habana argumentando que “la única negociación aceptable es aquella que lleve a todos los jefes guerrilleros a la cárcel” y, para ello, “invocan a las víctimas como fundamento de su idea”, cuando fue el mismo expresidente quien presentó un proyecto de ley de alternatividad penal (transformado en Ley de Justicia y Paz) en el que se consideraba el indulto y la amnistía para grupos que, como los paramilitares, no se podía considerar alzados en armas contra el Estado y cuando para no reconocer las víctimas del Estado se opusieron a la Ley de Víctimas. 

Comportamiento cínico que, con el silencio de lo que hicieron en el pasado, solo tienen un objetivo: el fracaso del actual proceso de paz. 

Lo peor es que se trata de conductas en las que si yo lo hago es bueno, pero si el otro lo hace es reprochable, como se señaló en la pasada entrega de esta revista (SEMANA n.° 1615) a propósito de la negociación con las Farc, cuando el mismo expresidente en su libro No hay causa perdida se refiere seis veces a la necesidad de un diálogo con los violentos como medio para lograr el fin del conflicto armado.  

Juan Manuel Jaramillo Uribe
Manizales

Aclaración
N. de la R. En un confidencial de la semana pasada publicamos que el alcalde Gustavo Petro le había negado permiso  al secretario de Educación del Distrito, Óscar Sánchez, para asistir al nacimiento de su hijo. Esa información es inexacta y obedece a haberle dado credibilidad a una fuente mal informada o mal intencionada. Les ofrecemos disculpas al señor alcalde y al secretario, y lamentamos cualquier perjuicio que este error les haya podido generar.   

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