CARTAS
Cartas
Nunca volveremos a tener un hombre como él en nuestras vidas
Encuentra aquí lo último en Semana
Políticos y educación
Al leer ‘A repetir el año’y ‘Bueno, pero añejo’ (SEMANA n.° 1649) se puede analizar una seria contradicción. En el primer escrito están los pésimos resultados del país en las pruebas Pisa. Al no solucionar la calidad de la primaria y secundaria, se está condenando a la pobreza a la mayoría de la población. La contradicción está en que unos de los principales culpables son los políticos que llevan décadas ‘dirigiendo’ el país. No obstante, en ‘Bueno, pero añejo’ se hace una exaltación de estos personajes. Si seguimos con esta lógica, lo más probable es que dentro de un siglo no solo no hayamos alcanzado el promedio de los países en educación, sino que también aún tengamos políticos sempiternos.
Helmer Fernando Llanes Anaya
Málaga, Santander
El palo para cucharas
Magnífico el artículo en que SEMANA plantea el regreso de Íngrid Betancourt a la política colombiana, (edición n.° 1649) bien escrito, tanto que me dio escalofrío de solo pensar en que nuestra Juana de Arco grecocaldense pueda estar pensando en volver a plantear su nombre en las urnas. Todavía no está el palo para cucharas y sospecho que nunca lo estará. Esta mujer al pensar en pedir una indemnización al país como resultado de una acción publicitaria típica de una campaña política de bajo presupuesto, nos puso a todos los colombianos como culpables por lo que le pasó. Eso no es justo, nunca lo será, porque Colombia sí perdona pero nunca olvida. No han sanado las heridas aún y tal vez no sanarán nunca.
Ángela María Pérez Moreno
Palma de Mallorca, España
No a lo superfluo
Leímos en la prensa nacional, escuchamos por radio y SEMANA le hizo eco en la sección Enfoque de la edición n.° 1649, que el Pibe Valderrama y otros compañeros de selección le propusieron a las Farc disputar un partido de fútbol. Es lamentable que a un proceso que debe ser responsable y serio, del que la sociedad toda espera resultados tangibles cuanto antes, se le dé ese tinte de folclorismo tropical.
No hay derecho a que esas viejas glorias del deporte colombiano se presten como idiotas útiles para darles protagonismo a sujetos que le han causado tanto dolor al país. Los diálogos de paz en La Habana no deben, no pueden disiparse con payasadas.
Una vez se firme y se vean las acciones concretas de los acuerdos, que vengan todas las celebraciones, todos los abrazos. Antes de eso, dejemos que los negociadores se concentren en lo fundamental: la reflexión sobre la negociación. Si los sacamos de ahí, todos perdemos.
Por el buen desarrollo de los diálogos de paz digamos no al desfile de personajes a La Habana, no a partidos de fútbol, no a entrevistas para prensa y televisión a actores que aún están armados y continúan delinquiendo, no a información por fuera de la mesa de negociación, no a lo que los disipe de la agenda acordada.
Fernando Alzate Molina
Medellín
De Diego García-Sayán
El respeto que me merecen la revista SEMANA y sus lectores me llevan a reaccionar frente a la nota de Daniel Coronell publicada el domingo 8. Partiendo de una ‘investigación’ de un diario peruano, que tiene como brillante currículum haber sido el portavoz –pagado– del fujimorismo y el montesinismo, se atreve a poner en duda nada menos que mi independencia como juez de la Corte Interamericana. Mella no solo mi honor sino el de la Corte en pleno pues las materias a que se refiere conciernen no solo a mí sino a todos los jueces del tribunal cuyas decisiones han sido y serán siempre independientes.
Olvida Coronell que la Corte no es un ente político sino judicial. Resuelve conforme a derecho y no en base a opciones o sugestiones políticas. Si alguien discrepa de un fallo, está en su derecho. Pero de allí a insinuar “falta de independencia” cuando en la gestión de un caso las cosas podrían no haber salido a gusto del patrocinador o cliente del mismo, hay una gran distancia. Debería, pues, insinuarle a su ‘fuente’ interesada que se tome las cosas con algo de objetividad. Lanza la ‘certeza’ de que estoy en campaña para ser secretario general de la OEA o de Unasur con tres ‘fundamentos’ cada cual más inconsistente y débil que el anterior pues no estoy “en carrera” ni soy candidato a esos puestos.
Primero, la supuesta “unidad de investigación” de un diario peruano. Cualquier persona bien informada sabe perfectamente que ese medio (que no tiene nada que se parezca a una unidad de investigación) opera como órgano del fujimorismo y que fue parte de los medios que compraron la dupla Montesinos-Fujimori.
Tres precisiones: a) García-Sayán, ni ningún juez individual, “decide”. Lo hace la Corte en pleno, luego de una sesuda deliberación y análisis. Un juez –debe usted aprender– no puede “decidir” en reemplazo del colegiado. b) No se falló “a favor del gobierno de Cristina Kirchner”. Por unanimidad, la Corte estableció que Argentina (el Estado, no el gobierno) era internacionalmente responsable de varias violaciones. Se le ordenó, entre otras cosas reparaciones, “revocar inmediatamente la medida cautelar de inhibición general de bienes que pesa sobre Carlos y Pablo Mémoli” que es lo que esencialmente buscaban las víctimas. c) La jurisprudencia esencial sobre libertad de expresión la reiteró la Corte (caso Memoli) por unanimidad: “No estima contraria a la Convención cualquier medida penal a propósito de la expresión de informaciones u opiniones”. Obligación de los estados, pues, garantizar la libertad de expresión en armonía con el derecho a la honra.
Diego García-Sayán, presidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Lima, Perú
Estrategia educativa
Tengo una hermana suscrita a SEMANA y he aplicado una estrategia educativa que me ha sido muy útil en el Colegio Tolimense de la ciudad de Ibagué. Paso a comentarles parte de la experiencia positiva en materia educativa que, espero, aporte al mejoramiento continuo de nuestros educandos en estos momentos de crisis. La idea es sencilla, pero me permitió trabajar con los educandos temas como el del aniversario de la muerte de Martin Luther King, entre otros, con meses de antelación y consiste en tener en cuenta el cronograma de los eventos más relevantes de cada año que aparecen en la edición de la primera semana de cada año.
Luis C. Avendaño López, Universidad del Tolima.
Ibagué