Comprometedora y honrosa

Ni yo postulé mi nombre ante el Consejo de Estado para la terna de candidatos a la Procuraduría General de la Nación, ni lo habría hecho jamás con el innoble propósito de ‘atajar’ a otra persona, como, en forma ligera y ajena a la verdad, se afirmó en una de las notas ‘Confidenciales’ de la semana pasada.

Una llamada telefónica le habría bastado al autor del comentario para enterarse de que la iniciativa en cuestión, para mí ineludiblemente comprometedora y honrosa, fue en realidad de unos consejeros de Estado, que quisieron proponer mi nombre ante sus colegas para esa elevada dignidad pública.