Con olímpico desprecio

Quiero referirme al informe de portada de la edición #1.091 de SEMANA.

El presidente Bush y sus ideólogos de cabecera nos han impuesto, con olímpico desprecio del sentir de los pueblos, su nueva doctrina estratégica que le permitirá al más fuerte argüir impunemente la presunta prevención para salir a destruir a quien se desee y, simultáneamente, disponer de sus bienes

Si la guerra resulta el paseo pregonado muy pronto vendría la puesta en escena del segundo patético sainete: los aliados 'renuentes' y los aliados 'solidarios' disputando los mejores puestos del nuevo redil.

Pero el escenario podría cambiar sustancialmente si el combate por Bagdad no resulta ser el paseo militar. En tal caso la confusión haría más difícil el alineamiento y surgiría la posibilidad de recusaciones y sindicaciones fundamentadas en la percepción de un poder imperial irresponsable, que le impediría aun a los ideólogos de la guerra pregonar que el martirio de un pueblo y el arrasamiento de sus haberes sean los pedestales sobre los cuales se pueda colocar al 'presunto' libertador. Y es en este contexto donde las semillas del terrorismo encontrarían su más eficaz caldo de cultivo. Ni la misma ONU tendrá el peso específico adecuado para lograr una paz promisoria sobre la cual construir una democracia.