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Consumir o no consumir

No sé si me da tristeza o me parece bueno el artículo 'Llega Starbucks' publicado la semana anterior. Oh las multinacionales... ¿consumir o no consumir? He ahí el dilema...

Juana Arango
1 de marzo de 2002

No sé si me da tristeza o me parece bueno el artículo 'Llega Starbucks' publicado la semana anterior. Oh las multinacionales... ¿consumir o no consumir? He ahí el dilema... Ojalá no se vuelva sólo una moda como en Estados Unidos y la gente colombiana consuma su café pero atajando a multinacionales como Starbucks o exigiendo equilibrio para el producto nacional. A propósito, el café de Starbucks es demasiado amargo y excesivamente costoso. Cobran 10 dólares por una libra de café colombiano y más de un dólar por una taza de café. Se han llevado por delante a muchos cafés pequeños de dueños independientes que no cuentan con infraestructura para poder luchar el aplastante paso de estas multinacionales. ¿Cuántos buenos tintos de la cafetería de la esquina nos podemos tomar los colombianos con la millonada que habremos de regalarle a Starbucks? Al fin y al cabo, sólo el 10 por ciento de su café proviene de Colombia. Con el alcance de esa compañía, esa cifra es paupérrima. Que avancemos, sí ¡qué bueno!, ¡pero favoreciendo lo nuestro! Nunca será más válido ese hermoso comercial de la Federación de Cafeteros de Colombia en el que cientos de yuppies batallan por pronunciar el nombre del café de moda y la única mujer inteligente que entra al lugar pide exactamente lo que Juan Valdez está consumiendo en la esquina: una taza de buen tinto colombiano.

Juana Arango

Bogotá

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