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Cosa de Estado

Miguel Antonio Velasco Cuevas
1 de enero de 2001

Don Lorenzo, a quien muy bien le queda el Don, porque lo tiene de sobra para decir y pintar, hace excelente enfoque sobre los siniestros alcances de ese engendro que pocos explican y menos comprenden, pero que investiga y castiga con razones o sin ellas.

Lo cierto es que en Colombia el derecho penal cayó en manos de los políticos, aunque mejor fuera tenerlo en manos de los criminalistas.

Evidentemente los últimos años están signados por el galimatías de la política de Estado y la política criminal, puesto que el crimen, lejos de ser problema de Estado, terminó entronizado como cosa de Estado, una cosa nostra con cosas y ‘cosos’ que van y vienen.

Pero, en fin, lo que me llama la atención en el artículo de marras, edición #968, es que no se le puedan poner quejas a ‘don Manuel’, mientras es cierto que, de vieja data, los colombianos ya no creemos en la justicia estatal (si alguien cree que tire el primer prevaricato).

De seguir como vamos… sin importar si vamos o nos llevan… lo razonablemente lógico es que los futuros jueces… y los futuros generales de la República… con sede en el Caguán, se vayan empapando, desde ahora, de los embuchados sumariales que, en últimas, terminarán conociendo por vía de apelación, o casación, o revisión.

Que conste, no soy guerrillero, ni simpatizante, ni auxiliador. Simplemente estoy mirando el país al derecho.

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