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De Fedegán

10 de marzo de 2007

Repetir la historia es condenar su futuro. Coronell vuelve sobre el tema de la Fiscalía y ahora si explicita porque soy mala compañía: porque soy presidente de Fedegán y Fedegán es un gremio que para ciertas personas ha sido promotor del paramilitarismo. 

Por esa vía hace 20 años se fraguó el asesinato de miles de simpatizantes de la UP, algunos simplemente porque como eran profesores de sociología de la Universidad Nacional, debían de ser guerrilleros o hermanos o primos de tales y como tales fueron asesinados. Ahora quienes representamos con la frente en alto los intereses de un gremio que ha sido víctima de atentados y miles de sus afiliados han sido asesinados, secuestrados, extorsionados y, también desplazados por la violencia que afecta por más de cuatro décadas consecutivas al campo, sin que una sola voz se hubiera levantado para exigir su defensa... ahora, repito, ahora, también somos asesinos, narcotraficantes y paramilitares. Pues no. El gremio es un gremio respetable, con más de 490.000 ganaderos de los cuales más de 400.000 son pequeños ganaderos, de menos de 50 animales, y quienes trabajamos en él, creemos firmemente en los valores que entraña una sociedad democrática y pluralista. Mis escritos así lo confirman.

Por mi parte, debe decirle además, que nunca he pedido ni siquiera un salvoconducto. Que cuando la situación de Cesar en los 80 se dañó y era imposible ir a las fincas, preferí, a la muerte de mi padre, no volver a ellas, abandonar el cultivo de algodón y tratar de mantener el menguado patrimonio de familia desde Bogota. Nunca pagué ni a guerrilleros ni a paras. Logré salir incólume, porque preferí dejarlo todo. Y encima... paramilitar. No hay derecho.

Y no hay derecho, tampoco, que ahora, mi mujer, María Fernanda Cabal, caleña o mejor, bugueña, tenga que responder no por su trabajo, que por lo demás ha sido transparente y en el marco de sus atribuciones legales, sino por ser la esposa del presidente de Fedegán. Qué ironía, Coronell le dice la señora Cabal de Lafaurie. Es la primera vez que lo veo así escrito. Porque quienes conocen a María Fernanda saben, por su temperamento y sus convicciones, que no es de Lafaurie, sino Cabal Molina, apellidos que lleva con inmodesto orgullo.
Espero que no nos pongan la lápida en la espalda.

José Félix Lafaurie Rivera,
presidente ejecutivo-Fedegán
Bogotá

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