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DE INGRID BETANCOURT

31 de agosto de 1998

En la edición #847 de su revista, y bajo el título '¡Oxígeno, por favor!', se afirma: "Tampoco hay ninguna duda de que Ingrid Betancourt prejuzgó en el caso de Ernesto Samper", la cual me obliga, dado la gravedad de la acusación, a solicitar rectificación integral en los términos siguientes:
Al leer el artículo de su revista comprendí la razón por la cual se ha querido tejer con base en una carta sin trascendencia un escándalo de mayor tenor. Es obvio que con el pretexto de cuestionarme, se pretende salir a la defensa de los 110 congresistas que se encuentran hoy investigados por la Corte Suprema de Justicia.

Es por lo tanto necesario aclarar varios puntos:

1. Su afirmación señalando un prejuzgamiento de mi parte es temeraria e infundada. Mi decisión por votar en contra del presidente Samper se sustentó en evidencias e indicios contenidos en el expediente, que expuse por primera vez y con detalle durante el llamado 'juicio al Presidente' en la Cámara de Representantes y que luego recopilé en el libro Sí sabía.
2. La investigación que adelanta la Corte Suprema de Justicia en contra de los 110 congresistas, no tiene como fundamento la posición política _de apoyo o de oposición_ que ellos asumieron frente al gobierno, sino la posibilidad de haber desconocido voluntariamente evidencias e indicios que podrían obligarlos, según la ley, a la apertura del proceso.
3. El artículo sostiene que en mi caso, "no hubo resolución o dictamen... no hubo fallo y sin fallo no hay prevaricato", lo cual es falso. Primero porque la razón de mi inocencia es otra: hacer oposición en Colombia no es un delito. Segundo porque su tesis, que pretende favorecer a los implicados, no contempla el hecho de que la aprobación por la plenaria del proyecto de Mogollón es de por sí una 'resolución' de preclusión.
Permítame por último expresar mi sorpresa frente a lo que parece ser un intento por influir sobre la investigación que adelanta la Corte Suprema de Justicia. No le corresponde a ningún ciudadano, ni tampoco a ningún medio de comunicación, Discutir las futuras decisiones de los magistrados en un evidente esfuerzo por lograr adecuarlas a las propias expectativas.
Ingrid Betancourt
Bogotá

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