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DEL EMBAJADOR DE BOLIVIA

23 de febrero de 2008

Este semanario nos acostumbró a la lectura de excelentes artículos de opinión, donde prestigiosos editorialistas analizan una gama de temas de carácter nacional e internacional de manera objetiva, amplia y con un alto nivel periodístico; lamentablemente, el artículo titulado ‘Correa no es peón de Chávez’ (edición #1346) , escrito por Rafael Nieto, es una penosa excepción; tildar a los presidentes constitucionales Daniel Ortega y Evo Morales de “personajillos” y sugerir que son “dignos de las cavernas” denota un sectarismo fanático y unas ínfulas de superioridad sorprendente.
En su desafortunado artículo, Nieto insta a su gobierno a reconstruir la relación con el Ecuador, luego de insultar a otros gobiernos, en una táctica ingenua de pretender restaurar la amistad de un vecino descalificando a todos los que habitan el vecindario. Como es de su ilustre conocimiento, Bolivia comparte una historia común con Colombia, nos unen vastos lazos de amistad y cooperación, así como la construcción de la Comunidad Andina, junto a Ecuador, Perú y Chile. Es también conocido que estos nobles propósitos de integración vienen siendo atacados recurrentemente por el accionar miope de malos ciudadanos de nuestros países que buscan la fractura para favorecer el interés particular de potencias extranjeras.
Considero oportuno recordar que el presidente Evo Morales, consecuente con la sabiduría indígena de nuestros países, ha solicitado públicamente a las Farc su incorporación a la sociedad democrática, este sano propósito se refleja en la nueva Constitución Política del Estado, recientemente aprobada por la Asamblea Constituyente, donde Bolivia se declara un “Estado pacifista, que promueve la cultura de la paz y el derecho a la paz”, recuperando los valores ancestrales de la complementariedad, reciprocidad, sustentabilidad ambiental, equidad, justicia, respeto a la pluralidad.
Por esta razón, considero irresponsable la asignación de epítetos de mal gusto al Presidente de Bolivia, que no coinciden con el respeto que se debe ejercer en los medios de prensa, a los jefes de Estado elegidos democráticamente por su pueblo.

Carlos Vladimir Schmidt Colque, embajador de Bolivia
Bogotá


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