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DELEZNABLE Y ABSURDA

14 de diciembre de 1998

Muy justa y acertada la página que bajo el título de 'Inviolabilidad, inimputabilidad y locura' trae María Isabel Rueda en la última edición de SEMANA (#860) sobre la deleznable y absurda postura del ex magistrado Jorge Arango Mejía y del congresista ignaro (en derecho) Pablo Ardila.¿Qué confianza, qué respeto, qué dignidad mental puede inspirar un ex magistrado que como integrante de la Corte Constitucional suscribe una sentencia en la que en forma unánime la alta corporación afirma muy razonada y jurídicamente que cuando los miembros del Congreso actúan como jueces tienen responsabilidad personal que puede aparejar implicaciones penales, pero que ahora, como abogado fletado por una congresista acorralada para que la defienda de un posible prevaricato a través de una injurídica e insólita tutela, sostenga una tesis diametral y contradictoriamente opuesta y alegue sin pudor alguno que cuando firmó la sentencia estaba equivocado? ¿Cómo podría un tal ex magistrado levantar orgullosamente la testa sin ruborizarse y servir de espejo a la juventud colombiana? Jueces o ex jueces así solo merecen conmiseración como todos los inimputables de la tierra y como por encanto traen a la memoria el 'Juez-mercaduría' del célebre soneto de Quevedo. ¿En qué cabeza siquiera medianamente cuerda y en dónde diablos puede concebirse un juez irresponsable, inimputable, inmune a la ley, un juez con capitis diminutio máxima, asimilable a un menor de edad y, por ende, inviolable e intocable como los leprosos y los parias hindúes? Luis Miguel Quiñones F. Bogotá

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