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El camino interior

Jorge Arbeláez Manrique<br>Cali
22 de mayo de 2005

En su crónica 'La otra batalla en La Línea' (SEMANA #1.202) informan en detalle, con salero y humor, que el lunes 2 de mayo dieron inicio a la construcción del túnel en la carretera Calarcá-Cajamarca. Quienes desde que fue construido han transitado ese trayecto de carretera, que atraviesa parte del Tolima y de Risaralda, siempre lo hacen con el temor de ser atrapados por uno de sus frecuentes aludes y, en los últimos tiempos, también de ser agredidos por guerrilleros que se mantienen agazapados. Pese a los esfuerzos de los ingenieros viales, nunca se ha podido, con hierro, cemento y dinamita, domeñar la rebeldía de la naturaleza que se desquita, del trato que le dan los hombres y las máquinas, derrumbándose frecuentemente sobre la carretera, taponándola y de paso llevándose por delante lo que encuentra a su paso. Son incontables los colombianos que han perdido su vida y sus bienes atravesando esa especie de 'triángulo de los Andes'. Existe expectativa por saber si, con la perfeccionada técnica de la ingeniería de construcción de túneles, se logra construir el camino interior de 8.542 metros de largo, sin despertar la ira de la cordillera por la excavación de sus entrañas. Venturosamente existe, como antecedente exitoso, el espectacular túnel de Buenavista en la carretera Bogotá-Villavicencio.

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