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EL GRAN PARTIDO CONSERBERAL

9 de agosto de 1999

Son varios los interrogantes que suscita la columna de Alejandro Santos Rubino ('Por un tercer
partido', SEMANA #894). Podrá nuestro país seguir siendo en el siglo venidero una sola gran Nación con
unos gobiernos donde los cargos públicos o nómina oficial se distribuye con exclusividad para un solo
partido, que llamaríamos conserberal (y sus subgrupos); porque las decenas de minipartidos han sido siempre
sólo flores de un día, resplandores efímeros y pasajeros. Además no podemos pretender solucionar nuestros
problemas de subversión bajo esquemas no aplicables en nuestro país. Para muestra un botón: el área total
de los seis países centroamericanos no llega a la mitad de Colombia. Miremos el mapa de nuestro país, ese
mapa en relieve, que está en la pared de muchas oficinas nuestras y salta o impresiona a primera vista
que aquí hay dos Colombias separadas por la cordillera Oriental: a la izquierda la Colombia habitada,
comunicada y menos subdesarrollada. A la derecha está la mitad oriental con una mayor extensión y plena
de selvas, llanuras, ríos y ocupada por sólo una quinta parte de la población y donde la subversión hace mayor
presencia que el Estado.Ese gran líder que sugiere el conocido columnista encontraría aceptación en una gran
población abstencionista pero, como condición indispensable, que no aparezca matriculado ni en el Partido
Liberal ni en el Partido Conservador. Jaime Betancourt Osorio Cali

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