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GENIALIDADES INDIVIDUALES

30 de marzo de 1998

El reportaje sobre el desempeño de la selección brasileña en la Copa de Oro peca por la omisión de importantes detalles, por la exageración en la revelación de la "mayor debilidad de los campeones mundiales" y por el desconocimiento sobre la verdadera naturaleza del fútbol brasileño. Es curioso que no se haga mención al hecho de que la selección disputó el torneo en Estados Unidos sin la mayor parte de sus talentos, como son: Cafú, Aldair, Roberto Carlos, Dunga, Juninho, Rivaldo, Leonardo y, last but not least Ronaldinho.
Al contrario de lo que escribe el periodista, el armonioso 'conjunto' del equipo jamás fue la característica del fútbol brasileño. Para el hombre común de nuestro pueblo y los cronistas de la prensa nacional, el talento individual y la genialidad del jugador son los elementos marcantes de la escuela brasileña de fútbol. Así fue en 1958 y 1962 con Nilton Santos, Didí, Garrincha y Pelé. En 1970 con Carlos Alberto, Gerson, Rivelinho, Tostao y Pelé. En 1994, a pesar de los talentosos Romario y Bebeto, al pueblo brasileño no le agradó la conquista de la Copa con base en un fútbol solidario, burocrático y de conjunto armonioso dirigido por Parreira. En Francia, lo que eventualmente decidirá a favor de Brasil no será el esquema táctico de Zagalo, sino el individualismo genial de un Romario, Ronaldinho, Denilson, Rivaldo y Edmundo.
Si bien es verdad que nada justifica que la 'selección canarinho II' haya jugado tan mal en la inexpresiva Copa de Oro, tampoco cabe dramatizar lo ocurrido. Para el pueblo brasileño, lo que realmente cuenta en el fútbol son el talento individual, la inspiración y cierta dosis de sobrenatural. Por lo tanto, la exaltación hecha en el artículo al "juego de conjunto" sería válida para un equipo nacional europeo, pero jamás para la selección brasileña.
Silvio José Albuquerque e Silva, agregado comercial y económico, embajada de Brasil Bogotá

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