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La crisis de los gremios

En referencia a su edición de junio 12, ‘La encrucijada de los gremios’, me permito manifestarles lo siguiente:

Ode F. Kattan K., presidente de la junta directiva de Acopi
7 de agosto de 2000

En referencia a su edición de junio 12, ‘La encrucijada de los gremios’, me permito manifestarles lo siguiente: los gremios son los mecanismos por medio de los cuales la comunidad empresarial participa en la ‘cosa pública económico-social’. El empresario, como gestor de actividad mercantil, valor agregado y remuneración, componentes importantes de la vida de un país, se desenvuelve dentro del marco normativo y costumbrista de la política económico-social del gobierno, y tiene derecho a criticar, ser escuchado, y sus ideas tenidas en cuenta, pues nacen del contacto directo que tiene diariamente con los acontecimientos. Sus dirigentes, al representar los intereses de sus asociados, cumplen una labor importante de contribución a la sumatoria de elementos de juicio con que se cuenta para decidir, y decidir bien.

La crisis de los gremios, más que a debilidades internas, se debe a que el gobierno, que en materia económico-social ha creado un autoritarismo excesivo, se ha venido equivocando en sus decisiones, aventando al país a un receso que ya permite cuestionar el modelo de dirigencia económica.

Paralelamente, el surgimiento de grupos económicos con exceso de poder ha creado un mecanismo paralelo de acción, ese sí mezclado en política pues depende mucho más que los gremios de decisiones gubernamentales, distorsionando la relación sector privado-sector público. Los gremios le han permitido a sus voceros y dirigentes acceder a puestos importantes en la administración pública porque lo consideran conveniente como un aporte práctico a la teoría, y valga decir que es mejor que un ministerio lo ejerza un dirigente gremial porque se considera que sabe sobre su campo de acción a que lo haga una persona que simplemente tiene una recomendación política y represente intereses de grupismo político. La crisis de los gremios, más que motivo de cuestionamiento hacia ellos, debe ser motivo de alarma pues refleja la pérdida de vigor de la economía social, de la cual viven los colombianos. Y causa común para hacer que el gobierno les haga más caso en sus intervenciones.

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