La hija de Evita

Agradezco a ustedes el hecho de haberse interesado en mi densa y difícil historia. Sin atisbo por el momento de hacer justicia a mi derecho de demostrar que soy la hija legítima de Evita. Para recuperar mi dignidad perdida, restañar mis heridas, por esta lucha que implica desgaste síquico y emocional. Me pregunto para mí dónde están los derechos humanos. Los mismos en que se apoyan las madres de hijos desaparecidos...

Se subestima al pueblo, se manipula la conciencia de la gente, se manejan las informaciones de acuerdo con conveniencias políticas espúreas y retrógradas. La verdad, aunque duela como decía un escritor hay que asumirla, como pueblo adulto, si lo es...

Tuve el placer de recibirlos, a través de la señora periodista Patricia Lee, quien realizó el reportaje con suma calidez humana, excelencia periodística y gran profesionalismo.