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LA IGLESIA HACE LA DIFERENCIA

27 de mayo de 1996

Los mandatarios con mayores dificultades, en los últimos 20 años, han sido Julio César Turbay y Ernesto Samper y ello se agudizó al convertirse en presidentes electos y después.Existen rasgos comunes en ambos casos como la presión coincidente de la guerrilla y del gobierno de Estados Unidos con propósitos de ablandamientos tendientes a objetivos diferentes. El primer factor ha sido, hasta ahora, el más desestabilizador en la escena pero el segundo puede llegar a superarlo. También actuaron los medios de comunicación (en general adversos a los citados dignatarios) y el narcotráfico.Lo que hace más compleja la gestión de Samper, y concuerdo con Roberto Pombo en general, en relación con la de su antecesor, es la entendible oposición de la Iglesia Católica. Este reciente hecho preocupa, en primer lugar, porque la actuación política de la Iglesia ha sido sesgada en Colombia y, en segundo término, porque tiende a quebrar, aunque sea de modo parcial, el cauce legal y constitucional seguido en el enjuiciamiento al Presidente en el Congreso. Tengo confianza en este proceso por ser público y accesible a los más encarnizados adversarios de Ernesto Samper.La incógnita es saber si la intervención de la Iglesia Católica tumbará al Presidente y en favor de esta posibilidad está el terreno abonado por quienes se le han anticipado. Sinceramente espero que no ocurra lo señalado debido a nuestra preferencia por los cauces legales y constitucionales que deben llegar a su final, sea cual sea, y lo decimos así porque, si bien seguimos el proceso 8.000 con enorme interés, no tenemos veredictos preconcebidos y no deseamos tomar formalmente el lugar de la justicia.Guillermo Franco Camacho Bogotá.

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