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La OEA y Colombia

Un "trabajo estupendo" llama Humberto de la Calle a su participación en la OEA, como embajador de Colombia (SEMANA #1.082), y lo relaciona a continuación: la Carta Democrática (?); el lavado de activos; convenciones: contra el terrorismo para la cooperación en materia penal, contra la corrupción y eliminación de minas antipersonales.

Jorge Arbeláez Manrique
9 de febrero de 2003

Un "trabajo estupendo" llama Humberto de la Calle a su participación en la OEA, como embajador de Colombia (SEMANA #1.082), y lo relaciona a continuación: la Carta Democrática (?); el lavado de activos; convenciones: contra el terrorismo para la cooperación en materia penal, contra la corrupción y eliminación de minas antipersonales. Por lo anterior, aduce: "Recibí un gran reconocimiento encabezado por Roger Noriega" (actual secretario de Estado adjunto de USA). Además, esos avances estructurales estuvieron dirigidos por otro colombiano, el ex presidente César Gaviria. También, otro ilustre colombiano, el ex presidente Alberto Lleras Camargo, fue el primer secretario de la OEA, entre 1948 y 1954 y contribuyó en forma definitiva a su organización. Lo anterior es un testimonio irrefutable de la enorme contribución de Colombia a la consolidación de la Organización de Estados Americanos.

En cambio no podemos decir que la OEA le ha servido a Colombia de una manera eficiente. A pesar de estar nuestro país inmerso, más que cualquier otro de América, en problemas de narcotráfico, contrabando de armas, minas antipersonales, terrorismo, lavado de activos, violación de derechos humanos, secuestro y asesinato de civiles por guerrilleros, y amenazas y asesinatos a periodistas, nunca se ha sentido una acción contundente contra tales hechos, por parte de dicha organización. ¿Podría explicar el doctor Humberto de la Rosa, por qué durante su gestión como embajador no intervino la OEA en mejorar la situación de nuestro país?

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