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La salud, una comedia

En relación con la columna de Hernando Gómez Buendía, ‘Mal de salud’

Luis Fernando Gómez U.
18 de junio de 2001

En relación con la columna de Hernando Gómez Buendía, ‘Mal de salud’ del 2 de abril, quiero hacer algunos comentarios. Empiezo por mencionar que es más correcto hablar de “seguro de atención médica”, que de “seguro de salud”, pues como diría el autor de la columna, “una cosa es la atención médica y otra cosa es la salud”. Es que la salud (individual, familiar o comunitaria), depende de los determinantes de la salud, uno de los cuales es la atención médica.

Otros de sus determinantes son inclusive mucho más importantes que la atención médica y podrían actuar como verdaderos “seguros de salud”: alimentación, agua potable, educación, vivienda digna, estilo de vida sano, recursos económicos... Si se hubieran reformado algunos de estos otros determinantes los colombianos tendrían hoy (y de manera más eficiente que con la atención médica) mejores condiciones de salud. Si se analiza la situación de los determinantes de la salud, el que menos reformas necesitaba era la atención médica.

Y tristemente, el balance del “sector de la salud” a raíz de “la reforma”, es más desconsolador de lo que sospecha el doctor Gómez Buendía: los “profesionales de la salud” fueron convertidos en “obreros de la salud”, se han cerrado hospitales, los políticos han hecho populismo con los “logros en salud” y también negocios a través de las ARS que ellos crearon; pero más importante aún, la relación médico paciente se desvirtuó con la intromisión de intermediarios y la calidad de la atención médica se ha derrumbado tanto para “los de abajo como para los de arriba”. Y para completar, “gracias” a otras reformas del gobierno que “reformó la salud”, tenemos hoy en Colombia a muchas más personas padeciendo la enfermedad que según la OMS, es la más mortífera del mundo: la pobreza. Una frase de Gómez Buendía en una de sus anteriores columnas de SEMANA se ajusta al tema: “Las comedias del subdesarrollo consisten en asombrarse de que no se logre el fin sin haber puesto los medios”. Sin la reforma de otros determinantes tan importantes (los medios para mejorar la salud), ¿cómo se quiere lograr el fin? No se tiene que asombrar el doctor porque no se ha logrado en Colombia salud para los más pobres, pues no se han puesto los medios; es que la Ley 100 es toda una comedia (neoliberal para más señas).

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