Nada más peligroso

En la edición #1.136, basta con mirar la carátula para sentir un poco de miedo. Ese terror no es porque se esté tratando de reelegir a Álvaro Uribe en la Presidencia de la República. Tampoco es porque Fabio Echeverri se esté metiendo casi a hablar con Uribe, ni tampoco porque pueda a futuro catapultar a personas indeseables a la Presidencia y propiciar un fenómeno tipo Chávez, que nos haría mucho daño. Mi preocupación es otra: Uribe no es Dios, y lo estamos endiosando, estamos esperando de él todas las soluciones a problemas ancestrales con los que nadie ha podido, ni Carlos Lleras, quien creo, fue el último de los presidentes con los calzones bien puestos. Acordémonos de que Álvaro Uribe no se las sabe todas, que se le midió, por guapo, a la Presidencia de la República, pero no creo que se apellide Dios. No existe nada más peligroso que esperar el futuro de una nación convulsa como Colombia, lavándose las manos y dejándole todo el problema a una sola persona. Esto que llamamos país lo construimos todos y todos tenemos que responder por los resultados. ¿No les parece justo?

Ángela María Pérez Moreno
Medellín