No hay claridad

Quiero manifestar mi total acuerdo con la periodista María Isabel Rueda, cuando en su columna ‘La hora de la verdad’ de la edición #1.047, pone en duda la forma como el nuevo Presidente de Colombia sacará adelante asuntos cruciales de su agenda de gobierno.

Coincido con la comentarista en que no hay claridad sobre la reducción del déficit fiscal, la reestructuración de la deuda externa sin pasar al club de los morosos, la activación del empleo, la plata para fortalecer a las Fuerzas Militares y de Policía, el mecanismo para incorporar al esquema de seguridad nacional un millón de ciudadanos, la reforma del Congreso y el ordenamiento territorial; tópicos abordados por el entonces candidato durante su campaña, según las fluctuaciones de la volátil opinión nacional.

También creo, al igual que la ex congresista, que hay oscuridad en torno al narcotráfico, que se disparó en estos cuatro años —a pesar del Plan Colombia— y a la justicia, aspectos que no fueron abordados por ninguno de los aspirantes al solio de Bolívar.

Sin embargo, condeno la afirmación de que “…en Colombia no se vota por programas sino por personas”. Obviamente, eso es cierto, somos un Estado con una población ignorante, excluida en forma secular de la toma de las decisiones y que ha percibido la política a través de sus manifestaciones más abyectas; pero que la expresión provenga de alguien dedicado a orientar a sus conciudadanos, es preocupante, y mucho más si descubrimos que, pese a los cuestionamientos del texto mencionado, admite haber votado, para bien o para mal, por una incógnita.