Home

Cartas

Artículo

Opinión y difamación

En muchas ediciones de SEMANA, pero principalmente en la 1.108 página 44 'El ingeniero y el mosquetero' se trata de justificar las actuaciones de una persona tan parcial y tan sectario en sus convicciones, como el señor D'Artagnan y de algunos otros periodistas que van manchando el nombre de cualquier persona y creen que con sólo rectificar ya está subsanado el daño, y no se trata de eso.

Jorge Luis Lopera Vásquez, <br> Medellín
11 de diciembre de 1980

En muchas ediciones de SEMANA, pero principalmente en la 1.108 página 44 'El ingeniero y el mosquetero' se trata de justificar las actuaciones de una persona tan parcial y tan sectario en sus convicciones, como el señor D'Artagnan y de algunos otros periodistas que van manchando el nombre de cualquier persona y creen que con sólo rectificar ya está subsanado el daño, y no se trata de eso.

Lo mismo la columnista María Isabel Rueda en su 'Entretanto', donde expresa que lo grave es que se regule la opinión de los periodistas. ¿Pero es que acaso es opinión, decir que una persona hizo tal cosa sin haberla hecho? Para mí eso no es opinión, eso es difamación y atentar contra el buen nombre.

Y complementa diciendo que el concepto del periodista sobre las personas no es delito, y entonces ¿qué es cuando mi concepto lo escribo o digo en medios de comunicación tan importantes?

No es que se esté controlando la opinión, es que se está exigiendo respeto por los demás y no por fallar en contra de D'Artagnan se hace tan grave como un recorte a la libertad de prensa.

Noticias Destacadas