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QUE VIVA MACONDO

1 de marzo de 1999

La revista SEMANA permitió a sus suscriptores y lectores conocer en sus ediciones #871 y
872, todos los pormenores de la instalación de la mesa de paz. Lo anterior me obliga a formular las siguientes
reflexiones. Con razón, nuestro célebre Nobel Gabriel García Márquez nos describe con inteligente realismo,
los hechos curiosos que ocurrían en Macondo, un pueblo con sabor caribeño ubicado al norte de Colombia.
Pero la realidad se convirtió en fuente de ficción, interesante guión, para una película colombiana, donde narra
la folclórica iniciación de unos diálogos entre subversivos y gobierno, en el cual uno de los protagonistas, no
asiste por el temor a unos paparazzi ubicados a 2.000 metros de un escenario, organizado al estilo de tarima
vallenata; donde se estrecharían la mano un anciano y temido guerrillero y un joven y bien intencionado
presidente. Luego de fotos, autógrafos y dedicatorias de los alegres periodistas que cubrían 'la noticia', con los
villanos de la película; se inicia una pachanga con Marbelle y sus Bam Band para festejar la aparición de
vacas, cerdos, gallinas y huevos que habían sido sustraídos a los villanos, los cuales disponían ahora de
42.000 kilómetros cuadrados; territorio suficiente para organizar caminatas ecológicas con más de 700
secuestrados a lo largo y ancho de tropicales paisajes; así como para criar sus animalitos junto a bellas
flores de exportación que cobardemente el Estado rociaba con glisofato.
¡Que viva Colombia! ¡Que viva Macondo! Alfredo Cuervo Bogotá

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