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Si las familias se unieran

15 de diciembre de 2007

En el informe sobre la barbarie en Colombia de la edición # 1336, dicen en uno de los párrafos que “si la sociedad no se mira por dentro, si no asume sus responsabilidades, si no se involucra y trata de comprender por qué en menos de medio siglo permitimos que el país se fuera desangrando a punta de fusil y machete, corremos el altísimo riesgo de repetir la historia”. De acuerdo. Pero ¿quién es la sociedad? Cuando se apela a la sociedad, ¿quién se siente aludido? La persona que escribió el artículo habla de la sociedad como algo ajeno a él, y de igual manera hablamos todos. Es lo mismo que pasa cuando nos referimos a la clase dirigente, que siempre son otros. Es conveniente que al tratar estos delicados temas seamos muy concretos, pues es la única manera de encontrar el origen o la causa de los males que se denuncian para luego aplicar el remedio o correctivo necesario. Yo podría decir ahora que lo que hemos vivido se debe a que no sabemos hacer política, que hemos equivocado los fines y los medios, que no tenemos claro para qué es el poder (manes de Echandía). Y tal desorientación viene desde la familia misma. Dice su artículo que “si la sociedad no se mira por dentro”, pues ese dentro es la familia, que como célula básica de la sociedad está enferma y no produce los frutos que se esperan de ella. Si bien se miran las cosas, el proceso de cambio debe empezar ahí. Yo invito a las familias a reflexionar seriamente sobre lo que son, sobre sus responsabilidades sociales y políticas, sobre lo que han dejado de hacer y sobre lo que deben hacer en un país tan conflictivo y angustiado. Si las familias se unieran con el único propósito de regenerar moralmente la sociedad que ellas forman, tendríamos un nuevo país para dejar a nuestros hijos. 

Jaime Duque Mejía.
Medellín

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