Sin que medie relación sexual

Dignas de honda meditación, las reflexiones del columnista Hernando Gómez Buendía ('Liberalismo vs moralismo', edición #1.112) con respecto al proyecto de ley, liderado por la senadora Piedad Córdoba. Lo insólito de la controversia es que los opositores del mismo, no se hayan percatado de otras alternativas que ofrece, para solucionar problemas humanos, tan frecuentes, como puede serlo el de las uniones de homosexuales. Es el caso de solteros y solteras que no tienen vocación para unión matrimonial, pero se entienden armónicamente con compañeros de su mismo sexo y pasan su vida unidos por vínculo de íntima amistad, sin que medie relación sexual. Para estas parejas se abre la posibilidad de legalizar, ante un notario su convivencia, con resultados patrimoniales de ayuda solidaria, de trascendental importancia. Para oficializar la unión, el Estado, representado por un notario, no podrá exigir que, previamente, haya habido relación sexual, porque no es de su competencia averiguar lo que sucede entre dos personas en la intimidad de su hogar, o si se acuestan juntas y cuáles sus maromas en el lecho. Tampoco la Iglesia puede objetar este tipo de unión, pues no atenta contra la familia, ni contra la religión, ni contra las buenas costumbres. Dando tan humano alcance al proyecto, se eliminaría el aspecto morboso que algunos le atribuyen.